«Si la engancha de otro sitio, hubiera sido una tragedia»

«Si el perro la engancha de otro sitio, estaríamos hablando de una tragedia». Así se expresó el domingo Fátima Peláez, la veterinaria que este pasado viernes salvó a una pequeña de 23 meses de las mandíbulas de un american stafford, un perro catalogado como muy peligroso que atacó a esta niña cuando paseaba junto a su madre por la calle Chapí, en el municipio de Ceutí.

Al llegar a la plaza donde desemboca dicha calle, el animal se abalanzó hacia la pequeña, la tiró al suelo y la arrastró hasta 50 metros sin que los incesantes esfuerzos de su progenitora pudieran impedirlo. Al escuchar los gritos, varios vecinos acudieron, incluyendo la dueña de una clínica veterinaria que se encuentra en el mismo lugar en el que sucedieron los hechos.

El primer impulso llevó a Fátima Peláez a golpear al animal con un zapato, pero segundos después, su formación profesional le indicó que debía de hacerlo de otra forma. «El instinto del animal es atacar a la presa con la mandíbula, por lo que enseguida supe que lo que había que hacer era neutralizarle la boca». Y eso fue lo que esta veterinaria hizo y, tal vez, lo que salvó la vida de la pequeña. Arriesgando su propia integridad, agarró las mandíbulas superior e inferior hasta que logró que el can que se desprendiera de la pequeña. Posteriormente llegaron más vecinos que pudieron capturar al animal.

Los testigos de los hechos insistieron en que el animal «no llevaba ni bozal ni cualquier otro tipo de protección cuando se produjo el ataque», lo que, según el Sargento Jefe de la Policía Local de Ceutí, José Alcolea, «está totalmente prohibido». «Estamos comprobando la situación legal en la que se encuentra el perro para actuar después en consecuencia», dijo el agente. La madre de la niña aseguró que ya había puesto la correspondiente denuncia en un juzgado de Molina de Segura.