Reparan el mecanismo de desagüe del embalse de Santomera roto en un acto vandálico
La CHS emplea a un equipo de buzos y una grúa de gran tonelaje para sustituir las válvulas y las compuertas de regulación de la presa
En plena situación de sequía, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) está actuando en el embalse de Santomera para garantizar la seguridad de esta infraestructura, que en septiembre de 2019 volvió a demostrarse vital para evitar la inundación de este municipio y otros de las vegas media y baja, con motivo de la DANA. El organismo de cuenca ha iniciado los trabajos de sustitución de uno de los mecanismos de desagüe de la presa, que el año pasado sufrió un acto vandálico que lo inutilizó.
El ataque, que causó daños por valor de 1,5 millones de euros, forzó al organismo estatal a declarar el Escenario 1 frente a posibles avenidas de agua. Es un nivel en el que «no hay amenaza o riesgo alguno para los bienes y/o la población y simplemente se anuncia que se van a tomar una serie de medidas correctoras previstas», explicaron fuentes de la CHS.
En la Confederación añadieron que las obras arrancaron, días atrás, con la retirada de maleza y con la supervisión del estado de distintos elementos de esta infraestructura. Entre otros equipos, los operarios están empleando una lancha y una grúa, visible desde la autovía A-7.
El objetivo del proyecto es reponer los desagües de la presa a su estado original, en la toma intermedia. «Se van a instalar dos escudos, que permitirán las maniobras para la sustitución de las válvulas y compuertas de regulación del desagüe», señalaron en CHS. Y detallaron que «la próxima maniobra será la colocación de dos escudos de estructura metálica en las dos embocaduras de la toma intermedia ubicada en el paramento de aguas arriba de la presa». Para ello, ha sido necesaria la intervención de un equipo de buzos y una grúa de gran tonelaje.
Las obras, declaradas de emergencia, incluyen la colocación de dos escudos para que los operarios puedan trabajar en seco
Las nuevas protecciones taponarán las conducciones y cortarán el paso de agua, para «realizar en seco los trabajos de desmontaje y sustitución de las válvulas y compuertas». Estas últimas regulan la circulación de agua a través de la presa.
Preparados para una avenida
Como primer paso, los operarios llevaron a cabo la retirada y reubicación de sedimentos, con bombas hidráulicas. También extrajeron dos rejillas, lo que exigió que los buzos cortaran unos anclajes.
Las obras fueron declaradas de emergencia y tienen un coste de 1.238.906,50 euros. El hecho de que el embalse esté a menos del 12% de su capacidad, con unos 3,4 hectómetros almacenados, facilita la invertención. Así, según la Confederación, que pertenece al Ministerio para la Transición Ecológica, «da un resguardo de seguridad más que suficiente en el caso de una avenida imprevista».
Aunque ocurriera este fenómeno, el resto de aliviaderos están operativos. De esta forma, está garantizada la estabilidad estructural de la presa, recalcaron en la CHS. Y recordaron que «estas actuaciones y medidas están recogidas en el Plan de Emergencia de la Presa», cuyo protocolo establece las actuaciones necesarias para la seguridad de los trabajadores, de la población y de los bienes.