Los padres del Enrique Viviente de La Unión piden iniciar el curso en otra sede

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del colegio de educación especial Enrique Viviente de La Unión pidió ayer que sus 65 hijos comiencen el curso en otra sede distinta si las administraciones no llevan a cabo este verano una serie de obras de seguridad.

El vicepresidente del colectivo, Pedro Hoyos, explicó, tras la protesta que realizaron los padres ayer ante la Asamblea Regional, que «ninguna autoridad» de las consejerías de Salud, Medio Ambiente y Educación les asegura que profesores y alumnos «no corran riesgos de salud» por el existencia en el patio y los alrededores de restos de metales pesados de la minería. «Si no se acometen determinadas obras de seguridad antes del inicio del curso el próximo 9 de septiembre, exigimos comenzarlo en otro emplazamiento», exigió Pedro Hoyos.

Esas obras son el pavimentado del patio para acabar con todas las zonas de tierra suelta; la colocación de ventanas nuevas; la eliminación de los residuos del perímetro del centro y la instalación de aparatos de aire acondicionado. Hoyos dejó claro que, si finalmente no se acometen las obras y tienen que realojar a los niños, no aceptarán que «vayan a colegios distintos», sino que exigirán que «estén juntos».

Fuentes de la Consejería de Educación aseguraron que las obras previstas para este verano son «el hormigonado de la zona del patio en la que se han detectado metales pesados, para que alumnos y profesores no tengan contacto con ellos».

El alcalde de La Unión, Pedro López Milán, se reunió recientemente con los integrantes de la asociación de padres. El regidor subrayó su compromiso para «seguir dialogando con los distintos departamentos del Ejecutivo regional con el objetivo de llegar a una solución definitiva».