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Adil R., con gesto pensativo, junto al abogado Fermín Guerrero Faura, este lunes, durante la vista oral. JAVIER CARRIÓN / AGM
Una multa de tráfico permitió identificar a la víctima del crimen de Mula

Una multa de tráfico permitió identificar a la víctima del crimen de Mula

El fiscal reclama una condena de quince años de prisión y una indemnización de 60.000 euros para el hermano del fallecido, cuyo cadáver apareció semienterrado en un paraje de Bullas

EFE

Murcia

Martes, 17 de abril 2018, 21:33

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El boletín de una multa de tráfico, que se encontraba entre los documentos hallados en un bolsillo del pantalón de la víctima, cuyo cadáver apareció semienterrado en un paraje de Bullas, permitió su identificación, según ha revelado este martes el sargento de la Guardia Civil que inició las investigaciones de este crimen.

El suboficial ha señalado al declarar como testigo en el juicio que ante un jurado popular se desarrolla en la Audiencia Provincial de Murcia que el boletín de denuncia, muy deteriorado por el transcurso del tiempo en el que el pantalón del fallecido había estado a la intemperie, pudo ser reconstruido, lo que permitió dar con la identidad del fallecido. El testigo ha indicado que aunque los restos mortales -encontrados por unos cazadores en abril de 2006- habían sido enterrados en una fosa, eran visibles varias partes del cuerpo, entre ellas, la cabeza en la que aparecían aún las mordazas que tapaban boca y nariz y que había causado el fallecimiento por asfixia.

En la misma prenda de vestir, que encontraron a escasa distancia del cadáver, los investigadores hallaron también un papel en el que aparecía anotado un número de teléfono, pero al que faltaban las dos últimas cifras. Las llamadas a todas las combinaciones posibles permitió dar con el paradero de una antigua empleada de un club de alterne de Mula (Murcia), localidad de residencia del acusado y del fallecido, ambos, naturales de Marruecos, que declaró a los agentes que conocía al fallecido, al haber tenido relaciones con el mismo. No obstante, ha añadido el suboficial de la Benemérita, los datos que aportó fueron bastante vagos, y ya en el año 2007, la investigación quedó en vía muerta, sin que se consiguiera dato alguno sobre el posible autor del crimen. Antes sí se había conseguido conectar con un hermano del difunto que residía en Italia, y que aprovechó un viaje a Murcia para someterse a la obtención de una muestra de ADN que permitió comprobar de forma indubitada ese parentesco.

El pesimismo de los agentes cambió cuando de una base de datos de la Guardia Civil saltó una alarma que permitió cotejar la huella dactilar que aparecía en la misma con la que fue encontrada en la parte adhesiva de la cinta de embalar con la que se había amordazado a la víctima del homicidio, comprobándose que las mismas coincidían y practicándose su detención en julio de 2010.

Esta segunda sesión del juicio oral ha comenzado con el testimonio del vecino de Bullas que, junto con un amigo, encontró el cadáver cuando visitaban la zona por cuestiones de caza, lo que ocurrió en abril de 2006, varias semanas después de que se perdiera toda pista sobre el desaparecido.

El fiscal, en su escrito de acusación, reclama una condena de quince años de prisión y una indemnización de 60.000 euros para el hermano del fallecido.

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