Los escoltas de la Casa del Rey se forjan en la costa de la Región

«Lo han pasado 28 de los participantes; este curso no se regala, es duro porque es específico para gente que se dedica a la protección de personalidades». Y no exagera el inspector Benito, ya que durante doce días estos escoltas se han enfrentado a sesiones que arrancaban a las 6.30 horas y acababan a las 22 horas. «Todo ha sido práctico, excepto unas clases teóricas básicas sobre fauna y flora marina y nociones de mecánica de motores de embarcaciones».

Los escenarios de los ejercicios y los simulacros han sido el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Los Narejos, el perímetro militar que el Ejército del Aire tiene reservado en Los Alcázares, el pantalán y el Centro de Buceo de la Armada en Cartagena. Precisamente, en estas últimas instalaciones, en su tanque de buceo, se realizaba uno de los entrenamientos de apnea más duros: «Les tirábamos su arma desmontada a seis metros de profundidad, tenían que buscar las piezas, montar la pistola y regresar a la superficie». No lo hacían de cualquier manera, sino al más puro estilo James Bond, se impulsaban solo con las piernas porque estaban obligados a emerger apuntando con el arma.

«Más que metros de profundidad, hemos trabajo la resistencia sin equipos de respiración y algunos la han mejorado en un minuto y medio». La protección de personalidades frente atentados terroristas en el medio acuático copaba un capítulo especial del programa formativo del curso, de 130 horas de duración. «Muchos de ellos tienen embarcaciones que usan en verano». Valga como ejemplo las vacaciones que los miembros de la Casa del Rey realizan cada año en Mallorca, disfrutando de sus playas, el puerto y de la práctica de actividades náuticas.

«Con los equipos de buceo han aprendido a inspeccionar pantalanes y los cascos de embarcaciones para detectar la colocación de artefactos explosivos». En la parcela de instrucción subacuática se ha contado con el coordinador de Protección Civil de Cehegín, José Moya, que, entre otros conocimientos, les ha enseñado a rastrear el fondo marino por cuadrantes y a sumergirse con los equipos a veinte metros de profundidad. Una de las prácticas consistía «en detectar buceadores hostiles que trataban de acercarse a la embarcación de una personalidad y tenían que apreciar elementos como la fosforescencia nocturna». Durante el ejercicio se lanzaban al agua para interceptar a los buzos terroristas.

El concejal ceheginero de Seguridad Ciudadana, Joaquín López, resaltó ayer que el instructor José Moya «goza de toda la confianza de la Casa del Rey y de la Presidencia del Gobierno para completar la formación de los escoltas de primera línea». El edil López le dio las gracias «por elevar el nombre de nuestro municipio a tan alto nivel».

En la costa murciana han llegado a realizar dentro del agua maniobras de defensa personal y ejercicios de tiro, así como trabajos de orientación y localización de objetivos. También se les ha adiestrado en la navegación, tanto diurna como nocturna, con embarcaciones semirrígidas y motos de agua, «para repeler ataques y realizar maniobras de rescate».

Los primeros auxilios se han trabajado con maniobras de rescate. En el faro de Cartagena se han lazando al mar desde más de nueve metros de altura. «Se trataba de simular un accidente en un transatlántico». Una personalidad había caído al agua y el escolta se tiraba al mar para salvarle. «Debían que saltar rectos, con los brazos pegados al cuerpo y después nadar doce metros hasta el herido». Una vez localizado, debían mantenerle a flote mientras empleaban equipos de inmovilización de lesiones medulares y fracturas de hueso. «Un rescatador nunca puede morir en un rescate», remarcó el inspector.

El curso se clausuró ayer en el CAR de Los Narejos con la asistencia, entre otros, del jefe superior de Policía de Murcia, Cirilo Durán; el teniente de navío, Ignacio Llanos, y el director general de Emergencias, José Ramón Carrasco.

Las costas de Los Alcázares y Cartagena acogen desde hace veintitrés años la formación de estos miembros de élite de la Guardia Real y de la Policía Nacional. La Jefatura de Murcia subrayó que «cada año se escogen nuestras playas porque las condiciones son idóneas para realizar ejercicios en mar mayor y menor».