Una cofrade de Mula con solo 24 horas

«No nos da vergüenza decir, porque así lo sentimos, que la virgen ha estado junto a nosotros en todo momento y, para que ella pueda quererla como nosotros, la inscribimos en la Hermandad y preparamos su escapulario», manifiestan.

Todo tiene que ver con ella. De hecho, en una reciente visita a Mula para cenar con unos colaboradores y amigos, María Isabel, que aún no había dado a luz, ni tenía previsto acudir, «tras saber que cenaríamos en la terraza de la ermita, accedió a ir, ya que el fresquito que hacía le iba a venir bien», dice el padre, que a su vez es el presidente de la Hermandad. Aunque antes de sentarse, «como no podía ser de otra manera, pasamos al interior de la ermita a ver la imagen para después salir fuera». Las prisas llegaron después de la velada, una vez acabaron y se fueron a casa, porque se tuvieron que trasladar a toda prisa a La Arrixaca. «Mi mujer le pidió a la Virgen que saliese todo bien, y así fue», añade.

Y es que no estaba previsto que se adelantase el parto, pero, al final, vino la niña. «Y lo último que vimos, antes de nacer, fue su cara, su rostro, el de la Virgen del Carmen».

Juan se refirió así «a quien me ha bendecido siempre y me ha marcado las pautas de mi vida. A ella le debo todo lo que soy como persona y queremos que nuestra hija la lleve en lo más profundo de su corazón como nosotros».

El parto tuvo lugar el sábado 15 de junio, «día Mariano», como resalta Juan. Y es que, justo a la misma hora en que en Mula se celebraba la misa, las 7 de la tarde, «nuestra hija Paula venía a este mundo».