El consultorio de La Algaida cierra tras las amenazas de dos pacientes a una doctora

El consultorio de la pedanía de La Algaida, en Archena, permanece cerrado hasta el próximo lunes 17 debido a que la médica que sustituía a la titular está de baja laboral por las amenazas, coacciones y presiones de «un reducido grupo de vecinos» de ese núcleo de población, de unos 3.500 habitantes, según informó el Ayuntamiento de la localidad en un comunicado hecho público ayer. Un reducido grupo de vecinos que son en realidad «dos», según aclaró la pedánea, María José Guillén, que asistió en la tarde de ayer a una improvisada reunión con los vecinos, convocada por redes sociales para abordar el cierre del consultorio. «Son siempre los mismos», dijo.

A la reunión asistió también el concejal socialista Gonzalo Caracena, quien explicó a LA VERDAD que, en el encuentro, los vecinos expresaron su malestar por el comunicado del Ayuntamiento, porque «les hacía quedar a todos como unos animales, cuando se trató de dos personas». El PSOE, en la oposición, recordó que ya pidió información oficial al equipo de gobierno local sobre esta cuestión el pasado 27 de julio, pero no recibió ninguna respuesta, y explicó que estos hechos se remontan a varias semanas atrás.

Según pudo saber este diario de fuentes cercanas al caso, la llegada de un hombre con un infarto y una mujer con una arritmia hicieron que un tercer paciente no pudiera ser atendido con la prontitud que deseaba y que este profiriera diversas amenazas a la médico, que sufrió un ataque de ansiedad que ha motivado su baja.

Esta facultativa se encontraba realizando la sustitución de la médica titular del consultorio, que cuenta además con dos enfermeras y que habitualmente dispone de otro médico de refuerzo a media jornada. Un refuerzo del que el centro no disponía estos días.

La pedánea señaló que, con la Covid, en ocasiones «se pide a los sanitarios asistir a reuniones durante las que tienen que cerrar el consultorio». Y, precisamente en una de esas ocasiones, otro paciente profirió también amenazas en días previos al personal del centro, tras, al parecer, tener que esperar «al sol».

Los servicios de enfermería continúan operando con normalidad, aunque, para recibir atención médica, el servicio se presta en el centro de salud del casco urbano, por lo que los usuarios tienen que desplazarse fuera de la pedanía para poder tener asistencia.

El alcalde en funciones, Antonio José Palazón, dijo lamentar «estas actitudes incívicas que hacen imposible el trabajo médico, ponen en peligro este servicio y perjudican gravemente a la población», por lo que rogó «que se mantengan actitudes respetuosas con los sanitarios».

El presidente del Colegio de Médicos, Francisco Miralles, rechazó ayer desde la institución cualquier amenaza y cualquier agresión y recordó que «cualquier amenaza es una agresión para unos profesionales que están saturados, estresados y agobiados».

El regreso de vacaciones de la facultativa titular permitirá retomar la atención el próximo día 17.