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Efectivos de la Policía Local y de Emergencias de Blanca utilizaron zódiacs y canoas para desplazarse y hacer rescates por las calles inundadas del casco urbano. J. A. Moreno
Noche de miedo a la orilla del río

Noche de miedo a la orilla del río

El temor y la impotencia se adueñan de los vecinos de Cieza, Blanca y Archena por las crecidas del caudal. Agentes de la Policía Local rescatan a una familia con dos niños que quedaron atrapados y a una pareja de ancianos

C. CABALLERO / J. Y. / J. R.

CIEZA

Domingo, 15 de septiembre 2019, 07:33

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Hacía más de 33 años que los vecinos de Cieza no se acostaban con el miedo de no saber lo que iba a ocurrir durante la madrugada con su río, un aliado que ha dado al municipio a lo largo de la historia muchas riquezas, pero también algunas miserias e incluso tragedias. La madrugada de ayer fue muy dura para los ciezanos, que vieron cómo el Segura anegaba espacios tan queridos como el Paseo Ribereño, La Presa, La Isla y la playa fluvial de La Era.

A las más de 36 horas de intensas lluvias desde el jueves por la mañana, con más de 150 litros por metro cuadrado, prosiguió una salvaje y descomunal tormenta que se presentó poco después de las 17.30 horas del viernes y que en poco más de tres cuartos de hora arrojó la sorprendente cifra de 67 litros por metro cuadrado. La nube entró por la sierra de La Pila y fue barriendo todo el casco urbano, dejando un rastro de destrucción en unas calles y carreteras ya de por sí inundadas por las precipitaciones anteriores. Las incidencias se fueron sucediendo al paso de unas aguas que se recondujeron por sí solas sobre milenarios torrentes hacia el río.

El Segura fue subiendo de caudal hasta desbordarse en amplios espacios que discurren por el extrarradio de la ciudad y en parajes como El Jinete y El Menjú. A las dos de la madrugada de este sábado, el río alcanzó más de tres metros a su paso por el Puente de Hierro.

La Mancomunidad del Taibilla restablece el suministro en Blanca, Abarán y Cieza

A partir de ese momento, y aunque los numerosos senderistas y deportistas que frecuentan las márgenes del caudal pudieron abandonar la zona, la Guardia Civil y la Policía Local, junto a los bomberos del parque de Cieza, organizaron varias batidas y localizaron a una pareja de personas mayores que se encontraban atrapados en su casa de campo del paraje de La Isla. «Estábamos en casa y de pronto vimos cómo el agua comenzaba a colarse por debajo de la puerta. Llamamos a la Guardia Civil, que enseguida nos evacuó», relataron Pascual y su esposa, que fueron trasladados al polideportivo municipal.

Los agentes prohibieron acercarse al cauce del Segura debido al riego de desbordamiento

A nado

La Policía Local evacuó también a una familia con dos niños pequeños que se quedaron atrapados. Uno de los agentes pudo acceder a ellos a nado. Por último, los bomberos pudieron llegar hasta un joven de unos treinta años que se encontraba aislado junto a la tasca del río .

Por otra parte, los vecinos evacuados del Cabezo de la Fuensantilla el jueves por la mañana, y que por la tarde regresaron a sus casas, tuvieron que ser evacuados de nuevo y conducidos al polideportivo Mariano Rojas junto a otros tantos del barrio de los Casones de la Fuente. Los mayores aportes los recibió el Segura de las ramblas de Agua Amarga y del Realejo. Hubo daños importantes en la carretera Comarcal B-19.

En Archena, los daños fueron también muy importantes, sobre todo, por la inundación del Paseo Ribereño. Su alcaldesa, Patricia Fernández, solicitó a través de un Pleno extraordinario la declaración como zona catastrófica para su municipio, después de que los vecinos pasaran una noche de auténtico miedo por los desbordamientos.

La situación que vivieron los blanqueños no fue muy distinta. En la madrugada del sábado, muchos vieron cómo se desbordaba el río Segura a su paso por el municipio. Concretamente, el caudal alcanzó las cotas más altas a la altura del Museo de la Luz y el Agua y también en el parque de las Cuevas, según informó el Ayuntamiento. Debido a esta situación, los agentes de la Policía Local ordenaron prohibir el paso y pidieron a los vecinos que no se acercaran al río.

Al filo de la medianoche, y como consecuencia de la tromba de agua caída, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) informó de que «el río Segura a su paso por Blanca ha discurrido con una crecida que alcanza los 196,8 metros cúbicos. Esta subida irá llegando a aguas abajo, por lo que pedimos que se extremen las precauciones ante posibles desbordamientos». Dadas estas circunstancias, efectivos de Policía Local y voluntarios del Club de Piragüismo, con la ayuda de 'raftings', evacuaron a varias familias de la calle Runes. A estas actuaciones también se sumaron bomberos, miembros de Protección Civil y la Guardia Civil. Esto ocurrió a las dos de la madrugada, según explicó el alcalde, Pedro Luis Molina, quien también sufrió en primera persona este episodio.

Algunos vecinos fueron trasladados al centro de cultura Miguel Ángel Fernández Abenza, mientras que otros se mostraron reacios a abandonar sus viviendas.

La Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT) anunció ayer por la tarde que iba a restablecer el suministro de agua en Blanca, Abarán y Cieza, interrumpido por la rotura de una conducción provocada por las fuertes lluvias. Por la mañana, con el objetivo de atajar el problema, el Ayuntamiento de Blanca instaló en la plaza Víctimas del Terrorismo un camión cisterna y entregó agua embotellada a todo aquel que lo solicitó. En ese sentido, se habilitó un carril en la Gran Vía para la circulación del tráfico y otro para las personas que acudieron a por agua. Esto fue posible gracias a la donación por parte de la empresa Caliche a través de la Cruz Roja.

Y las lluvias en Abarán volvieron a inundar bajos y viviendas y provocaron desprendimientos de piedras, caídas de árboles y cortes de calles. También se desplomó un muro de contención en la avenida de Cieza y se produjeron arrastres de piedras y tierra en la carretera de Blanca. En la barriada Virgen del Oro, se concentraron todas las miradas ante el aumento del caudal y la crecida del río. Los pocos efectivos de la Policía Local hicieron un brillante trabajo y la centralita recibió más de 200 llamadas, sobre todo en la madrugada del sábado, cuando cayó una tromba de agua durante una hora acompañada de tormenta eléctrica. «Es normal que los vecinos recurran a nosotros como primer recurso porque somos el cuerpo de seguridad más cercano a ellos y los que mejor conocemos la población», afirmó el concejal de Seguridad Ciudadana, Ignacio Carrillo.

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