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Familias paseando por la Gran Vía de Murcia, cerrada al tráfico, este domingo.

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Familias paseando por la Gran Vía de Murcia, cerrada al tráfico, este domingo. Vicente Vicéns / AGM

Entre la salida responsable y la pillería

Miles de niños se echan a las calles tras 42 días confinados, mientras crecen las quejas por los incumplimientos de decenas de adultos

Domingo, 26 de abril 2020

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Como en una mañana de Reyes, las voces de los niños llenaron ayer plazas y calles con juegos, carreras en bici y patinete y balones que parecían recién estrenados. «Me lo estoy pasando superbién», decía entusiasmado Leo, feliz sobre su bici. Unas voces de normalidad filtrada por mascarilla que sonaban a gloria, a vida, después de 42 días de encierro que han dado paso a la primavera y a un sol que acompañó a los menores de 13 años en su reconquista de las aceras, los parques y los paseos en el primer día de muchos.

La mayoría, con las reglas aprendidas (hasta tres niños por adulto, paseos de una hora entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche a, como mucho, un kilómetro del domicilio, respetando siempre la distancia de seguridad de dos metros...), pero otros muchos, saltándose las normas y aplicando la pillería para quedar con los amigos, charlar con las vecinas o ir a correr por la mota del río sin rastro de niño. Las aglomeraciones de menores en algunas plazas, los grupos de padres y la picardía desataron las quejas de muchos ciudadanos, molestos con el desafío a las normas. El más común: salir los dos progenitores juntos con los niños. «¿Es que no se puede? No lo sabía...», se justificaban ayer Rosario y Luis, de paseo con sus dos hijos. La hora se convirtió en tres para otros, y el kilómetro creció a capricho para la mayoría. Las quejas arreciaron en las redes sociales.

Los agentes dedicaron la mañana a informar a los ciudadanos de sus muchos incumplimientos, aunque en algunos casos, como en Murcia, tenían orden de no denunciar en el primer día y centrarse en informar de las normas. La Delegación del Gobierno también apeló a la responsabilidad y dedicó la jornada a informar a los ciudadanos.

La Gran Vía de Murcia, cerrada al tráfico, era una espectáculo a la una de la tarde. Entre requiebros imposibles para no chocar y esquivar a los transeúntes, Martín y su hermana Lucía la enfilaban una y otra vez subidos a sus bicis. Con mascarillas y el gel hidroalcohólico en el bolsillo del peto, a la niña, de 8 años, le costó dormirse la noche anterior pensando en la salida. «Es que quiero hacer muchas cosas, y en una hora no da tiempo». Para que el domingo fuera aún más domingo, muchos, como Patricia y sus dos niños, Sonia y Daniel, fueron incluso a 'visitar' a los abuelos. «Les hemos saludado desde el balcón y se han quedado tan contentos». Los parques y columpios precintados llevaron a centenares de familias a las motas de los ríos, las playas y montes de la Región.

En todos los municipios de la Comunidad, los niños tomaron las calles. En Cartagena, la explanada del puerto, las calles peatonales del casco histórico y zonas verdes recuperaron su ajetreo habitual. También pudieron gozar de su hora de esparcimiento en las playas quienes residen a menos de un kilómetro de la costa.

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