Navantia y el Valle de Escombreras encabezan los procesos de transformación digital

La revolución 4.0 ha llegado para quedarse con las nuevas tecnologías como principal protagonistas. Ahora bien, ¿está la empresa de la comarca de Cartagena y, por extensión, la del resto de la Región de Murcia preparada para afrontar la nueva realidad? El Foro Ciclo de Conferencias La Verdad-COEC, celebrado ayer en el Auditorio y Palacio de Congresos El Batel, en Cartagena, trató de arrojar luz acerca de los procesos de transformación digital que debe afrontar el empresariado con celeridad.

Tal y como resumieron los expertos reunidos en este encuentro patrocinado por Repsol y que contó con la colaboración de la Comunidad Autónoma, el Instituto de Fomento y Navantia, lo cierto es que, en una realidad como la actual, la digitalización ha dejado de ser exclusivamente una ventaja competitiva para convertirse en un modelo de supervivencia.

La comarca de Cartagena reúne algunos ejemplos de empresas que están desarrollando con éxito procesos de transformación digital y que pueden servir para que esta tendencia comience a extenderse entre el resto.

Uno de ellos es Navantia que, bajo su estrategia Navantia 4.0, está acometiendo un ambicioso proceso de digitalización. Laura Correa Mendióroz, directora del programa Servicios Inteligentes de la Dirección de Tecnología y Transformación Digital de la empresa, explicó en la mesa redonda que «se trata de un plan de transformación basado principalmente en las personas, pues creemos que es el punto de partida para el desarrollo de productos y servicios inteligentes».

Navantia entiende que el pulso a la competitividad pasa por hacer una transferencia de lo analógico a lo digital de forma coherente y apostar por procesos productivos que se benefician de la transformación digital y de la inversión en tecnología. Esta sociedad pública española dedicada a la construcción naval civil y militar es un ejemplo del camino que debe desarrollar una empresa grande que quiera posicionarse con garantías tras el nuevo paradigma que impone la revolución 4.0. Y aunque sus procesos de transformación digital sean muy específicos, dado el sector en el que trabaja, lo cierto es que sus proveedores y empresas auxiliares también empiezan a ser conscientes de los beneficios que tiene desarrollar estos procesos y, de forma natural, los está haciendo suyos, contagiándose por tanto de esta necesidad de invertir en tecnología para ser competitivos, pues «ya no se trabaja solo con productos físicos, sino también digitales».

Precisamente, Pedro García Trenza, miembro de la Comisión de Innovación de COEC, entiende que los procesos de digitalización que están acometiendo grandes empresas como Navantia y las alojadas en el Valle de Escombreras deben ser un ejemplo para las demás. «A nivel comarcal, estamos en una fase temprana. Los empresarios han comenzado a preguntar, pero aún hay incertidumbre y son pocos los que se deciden a invertir. Por eso es tan importante que se pueda dar visibilidad a lo que se está haciendo desde Navantia, al estar tan cerca», aseguró García Trenza, que entiende que hay mucho trabajo por hacer para ponernos a la altura de lo que se lleva haciendo desde hace años en Barcelona, Madrid y las manufactureras del norte.

Juan Luis Pedreño, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación de la Región de Murcia, incidió en su caso en la importancia que tendrá el 5G como motor de desarrollo para las empresas. «Actualmente, se están imponiendo los nuevos modelos de negocio digital. Las empresas con mayor desarrollo tecnológico son, a fin de cuentas, las que tienen más facilidades para implantar su tecnología de forma exitosa; esto nos debe marcar el camino».

El decano del Coiterm aseguró que la transformación digital es tal que está haciendo que surjan nuevas profesiones como los ingenieros de datos y, al mismo tiempo, va tan deprisa que resulta muy complicado regular temas como la ciberseguridad. «Al final, el peor enemigo de la transformación digital puede ser la inseguridad». Pedreño entiende que «es un error no hacer diagnósticos 'ad hoc' para garantizar que la tecnología que se asocie a un modelo de productividad sea realmente efectivo, pues lo contrario supone ir a ciegas».

Los expertos reunidos ayer coincidieron a la hora de señalar la importancia de que administraciones, empresas y centros formativos se suban al carro y converjan a la hora de establecer estrategias conjuntas.

Djamil Kahale Carrillo, profesor del Área del Derecho del Trabajo en la Universidad Politécnica de Cartagena, aseguró que la institución docente, a través de la Fundación Séneca, ha desarrollado un estudio acerca de la implantación 4.0 en el trabajo de forma transversal. La investigación incide en el peligro real de que se pierdan muchos puestos de trabajo si no existe una estrategia de formación de empleados en riesgo de obsolescencia tecnológica.

Kahale Carrillo reivindicó la necesidad de «reforzar la relación empresa-universidad para la implantación de la industria 4.0 con coherencia» y para que pueda resolverse sin damnificados en lo que a pérdida de puestos de trabajo se refiere. En este sentido, Laura Correa insistió en que tan importante es que una empresa se vuelque en su transformación digital como que invierta en medios, recursos y personas.