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'Performance' de las alumnas de la Escuela de Arte Dramático, ayer, en la Plaza Belluga de la capital. Javier Carrión/ AGM
El mundo (es) de las mujeres

El mundo (es) de las mujeres

La reivindicación feminista se extiende por todas las calles e instituciones de la Región

Daniel Vidal

Murcia

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Viernes, 9 de marzo 2018, 03:51

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El mensaje de la pancarta que portaba una mujer en la plaza Belluga no dejaba lugar a la duda: «Hay que dejar de criar princesas indefensas y machitos violentos». Aunque quizá el mensaje que más levantó a la masa morada en el aperitivo matinal de la gran manifestación vespertina lo lanzó al aire otra mujer (claro), que frente a la puerta de la catedral se elevó sobre el resto de los presentes con la ayuda de los brazos y los hombros de los mismos presentes y gritó con todas sus fuerzas: «¡Sin igualdad no hay progreso; sin igualdad no hay libertad!». Esta concentración matinal, liderada por UGT y CC OO y secundadada por un buen número de instituciones y colectivos (como la Escuela de Arte Dramático) también fue una muestra de cómo la huelga feminista inundó calles, instituciones y empresas de toda la Región.

Todos los centros de la Universidad de Murcia (UMU), por ejemplo, se sumaron a la convocatoria. Entre ellos la Facultad de Educación, donde profesores y miembros del personal de Administración y Servicios realizaron un parón a las 12.30 horas. De puertas para adentro, la UMU también organizó diferentes actividades coincidiendo con el 8-M, como un taller sobre acoso y sexismo.

Por su parte, la secretaria general de la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Pilar Valero, participó por la mañana en la Biblioteca Regional en la distribución de marcapáginas con un código QR que permite a los usuarios descargarse ocho relatos escritos por mujeres.

Sin embargo, ayer era un día en el que muchas optaron por el megáfono y la pancarta. Fue el caso de alumnos y alumnas de institutos y universidades, que eligieron como 'punto caliente' de las reivindicaciones la plaza de la Universidad, donde se concentraron decenas de estudiantes para repartir pegatinas y proclamas.

Los sindicatos también exhibieron ayer músculo feminista, y no solo por el poder de convocatoria. Representantes de CSIF, por ejemplo, se concentraron durante cinco minutos en la puerta de la sede del sindicato, donde la secretaria de Igualdad, María Aránzazu Bilbao de Cala, leyó un manifiesto con el que dejó clara una idea: «siempre debe ser 8M».

Entre las empresas también caló la llamada 'morada'. Las trabajadoras de Navantia, apoyadas por sus compañeros, realizaron un paro a las puertas del astillero, en Cartagena, bajo el lema 'vivas, libres unidas por la igualdad'. La constructora industrial Serycoin, por ejemplo, también quiso «promover la igualdad entre géneros. Hacer creer a las niñas que no están capacitadas para desarrollar algunos trabajos es un enorme error. Cualquier niña, adolescente o mujer puede hacer de su futuro lo que ella escoja, los límites los marcan ellas, y todos debemos apoyar esta idea para conseguir que sea una realidad», según el gerente de Serycoin, Adrián Lillo. Con ese objetivo, la empresa regaló en Murcia cascos de seguridad amarillos para niñas y niños de entre 6 y 12 años, a los que se les informaba de la necesidad de tratarse «como iguales». Los cascos pretenden ser un símbolo de igualdad y de que «el talento, el esfuerzo y la ilusión por el futuro no son una cuestión de género, sino de educación».

También desde los círculos eclesiásticos hubo respaldo al 8-M. La red 'Iglesia por el trabajo decente' pidió «políticas para una igualdad real», recordando además que «la sociedad patriarcal genera y consiente violencias machistas a las que están expuestas las mujeres en las distintas etapas y esferas de su vida».

«Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie», revelaba otra pancarta en Belluga. Miles de mujeres se pusieron ayer de pie en la Región. Y menuda estatura.

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