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Gloria, en una calle de Molina de Segura, esta semana. j. l. vivas
Del trastorno por déficit de atención a la universidad

Del trastorno por déficit de atención a la universidad

La asociación Adahi Molina subraya la importancia de un tratamiento adecuado para evitar el fracaso escolar. A Gloria, que estudia para ser maestra, le diagnosticaron TDAH a los 10 años

JUAN LUIS VIVAS

Molina de Segura

Domingo, 27 de octubre 2019

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Niños y adolescentes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se encuentran en su día a día, en la escuela o el instituto, con serios problemas. Muchos de ellos terminan tirando la toalla. Entre el 13% y 33% de los menores con TDAH tienen alguna inhabilidad específica de aprendizaje, ya sea en la lectoescritura o en matemáticas. El bajo rendimiento en lo académico y el absentismo van de la mano, generando más problemas y conductas inadecuadas en los adolescentes que padecen estos trastornos. El resultado final, en muchos casos, es el fracaso escolar.

Partiendo de esta premisa, y aprovechando que octubre es el mes para concienciar sobre el TDAH, la asociación Adahi Molina organiza una jornada en Molina de Segura sobre el papel del lenguaje en estos trastornos, junto con un maratón de cuentos al que se presentarán más de 500 propuestas. «Con un TDAH tratado se puede conseguir que se pase del fracaso escolar al éxito, pero si no se trata pueden desencadenarse problemas, incluso legales», indicó José Manuel Santos, presidente de Adahi Molina.

Gloria, una joven de 19 años, es un ejemplo de éxito: superó muchos obstáculos hasta conseguir normalizar su vida. Estudiante del grado de Maestro en Educación Primaria, le diagnosticaron TDAH cuando tenía 10 años. «Hubo un antes y un después» de ese momento, señaló. «Los profesores me decían que no estaba atenta y que mis compañeros avanzaban mucho más», recordó. Sin embargo, cuando se confirmó su trastorno, los docentes «se pusieron las pilas y se involucraron». Confiesa que hasta cuarto o quinto de Primaria «se notaba menos, pero en la ESO no quería que nadie lo supiera porque me daba vergüenza». Gloria admite que sentía «complejo», pero gracias al tratamiento recibido en la asociación ha conseguido superarlo y «tomar las cosas de otra manera».

Ahora bien, lamenta que cualquier otra discapacidad «está mejor vista». En su caso, tuvo que lidiar con varios estamentos universitarios para que no la pusieran en el turno de tarde, porque su grado de atención es mayor por las mañanas. Al final lo consiguió, pero «no querían cambiarme», se quejó.

Rendimiento académico

En Adahi Molina explican que el desarrollo del cerebro en estos niños y adolescentes tiene un desfase o inmadurez equivalente a un 30% o 35%. Esto supone que al niño de quince años que está diagnosticado de TDAH se le exige un rendimiento académico equivalente a esa edad cuando su funcionamiento cerebral se corresponde con un niño de diez u once años. Los síntomas son la dificultad para concentrarse, hiperactividad, impulsividad, baja tolerancia a la frustración, rigidez cognitiva, dificultad en la toma de decisiones, pobre lenguaje interno, baja automotivación y poca perseverancia, entre otros. Laura Saura, directora técnica de Adahi Molina, concluye que es un trastorno crónico, «pero, en función de los apoyos que reciba el niño o adolescente, estaremos en presencia de mayor o menor problemática para el menor».

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