«Es una experiencia maravillosa»

Otro año más, decenas de niños saharauis llegaron ayer a la Región para disfrutar de un verano diferente. Los pequeños, procedentes de campos de refugiados de Tindouf, han sido acogidos por un grupo de familias murcianas que participan en el proyecto 'Vacaciones en Paz', que organiza la asociación molinense Amigos del Pueblo Saharaui.

Estas familias y los responsables de la asociación recogieron ayer a los recién llegados en el aeropuerto de Alicante, en una emotiva bienvenida donde muchos de los 'padres' de acogida se reencontraron con unos niños que ya forman parte de sus vidas. Poco después tuvo lugar una recepción oficial, organizada por el Ayuntamiento de Molina de Segura en el centro Las Balsas, a la que asistieron el alcalde, Eduardo Contreras; el delegado saharaui en Murcia, Mohamed Labat Mustafa, y la concejal de Bienestar Social, Lola Vicente Quiles.

Más de 100 niños, de entre ocho y doce años, toman parte este verano en el programa, y se preparan para pasar los próximos dos meses rodeados de sus nuevas familias, en otro hogar y en una cultura diferente. El objetivo del proyecto es, en definitiva, tratar de mejorar la calidad de vida de los niños, aunque solo sea de forma temporal. Disfrutar de un hogar, ver por primera vez el mar o salir de su dura vida diaria son algunas de las aspiraciones que se buscan a través de la acogida.

César Martínez, uno de los padres que este verano ofrece su casa, cuenta cómo conoció esta iniciativa a través de unos amigos, y él y los suyos se decidieron a probar. «Al final sientes al niño como un hijo más, como parte de la familia. Ya es el tercer año que participamos y es una experiencia maravillosa. No solo por el sentimiento que te provoca, sino también porque aprendes a identificarte con ellos y a entender su difícil situación».

Con ello se refería al hecho de que el pueblo saharaui lleva en el exilio desde 1975, después de que España dejara el Sáhara Occidental y Marruecos ocupase la provincia. Razón por la cual los niños nacen y se crían en campamentos de refugiados.

Esta relación histórica es la que lleva a numerosas asociaciones españolas a seguir luchando por los derechos de la región y de sus habitantes. De forma similar a 'Vacaciones en Paz', la asociación Madraza trae cada año a niños de Tindouf para que puedan cursar sus estudios en España, donde pasan todo el curso en el seno de un hogar de acogida, y solo regresan en verano al desierto para disfrutar de sus verdaderas familias.