La mitad de los economistas auguran que el consumo de las familias caerá este semestre en la Región de Murcia

Más de la mitad de los economistas consideran que el consumo de las familias caerá en la Comunidad en este primer semestre del año. Exactamente, el 54,1% apuntan que el gasto disminuirá, dentro de un contexto «moderadamente pesimista», según el análisis que se hace en el último barómetro del Colegio de Economistas de la Región de Murcia, presentado este martes en la sede de la institución. Mientras, un 41,5% de los profesionales encuestados en este estudio sostienen que la adquisición de bienes y servicios se mantendrá estable, frente a tan solo un 4,4% que espera que aumente.

Así que la coyuntura más reciente sigue marcadas por una enorme incertidumbre, que se materializa en importantes tensiones geopolíticas que perduran, con importantes subidas en los precios de las materias primas, en un mantenimiento todavía de condiciones monetarias restrictivas y en la previsible retirada de los estímulos fiscales.

Todo ello hace que las expectativas para los próximos seis meses se deterioren levemente, ya que esos factores justifican la desaceleración prevista, después de los intensos crecimientos en el bienio posterior a la pandemia. Y, de hecho, en este periodo concreto de enero a junio, la situación prevista para la Región alcanza un puntuación de 2,55 -en una escala de 1 (empeorará mucho) a 5 (mejorará mucho-, frente al 2,75 en el ámbito europeo, y un 2,37 a nivel nacional.

Estas previsiones contribuyen, por tanto, a que se dibuje un panorama menos negativo, más allá de que el balance es todavía desfavorable y de que las dificultades para las familias persistirán en estos primeros meses. En ese sentido, se eleva el porcentaje de la opción de que el consumo se mantendrá, mientras que aminora la respuesta de que se reducirá.

Aunque si se atiende a la distribución de respuestas por colectivos, a partir del saldo obtenido de la diferencia de los porcentajes relativos a «disminuirá» y «aumentará», muestran un claro mayor pesimismo en el caso de los hombres (56,1%) en comparación con las mujeres (44,4%). Igualmente, los encuestados con edad comprendida entre 45 y 60 años (59,3%) y los empresarios por cuenta propia son los más pesimistas, de forma que en torno al 60,6% consideran que el consumo disminuirá.

Los datos extraídos de este barómetro de diciembre constatan, en cualquier caso, una leve mejoría en la percepción de la situación económica personal de los participantes respecto al año pasado, «aunque sin cambios sustanciales». Así lo reflejó el decano del Colegio de Economistas, Ramón Madrid, en su exposición de las conclusiones sobre la situación económica y las perspectivas inmediatas. Por su parte, el director del trabajo, el profesor José Carlos Sánchez de la Vega, detalló la visión por sectores de actividad; y la responsable de RSC e Igualdad de la firma Bnfix, Ana Jiménez Alfaro analizó el bloque de actualidad dedicado esta vez a la situación de la mujer en la economía regional.

Las economistas murcianos apuestan por un crecimiento en 2024 liderado por los sectores de turismo, ocio y hostelería e industria agroalimentaria. Ambos por encima de 3 puntos en una escala de 1 (fuerte descenso) a 5 (fuerte crecimiento). Así, en seis de los diez sectores analizados se alcanza en la encuesta una puntuación superior a 2,5, con valores similares a los obtenidos en diciembre de 2022.

A continuación del liderazgo de turismo (3,37) y agroalimentación (3,09), pero ya con una puntuación entre 2,5 y 3 puntos aparecen los sectores financiero, seguros y servicios avanzados (2,89), construcción (2,78), agricultura y ganadería (2,76) y otra industria (2,58).

En cuanto a las actividades para las que se prevé un descenso son logística y transportes (2,31), comercio minorista (2,26), nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (2,22) y actividades sanitarias y de servicios sociales (1,99). Es significativo el retroceso en estas dos últimas, que caen hasta ocho y seis posiciones, respectivamente. Tampoco se puede obviar las bajas expectativas de crecimiento del comercio minorista, que resulta entendible ante los propios augurios de un menor consumo por el descenso del gasto de las familias.

Por lo que se refiere a la actual situación económico-financiera de las empresas en la Comunidad, la puntuación media resultante frena la caída iniciada en 2022. Y es que el promedio de 2,89 puntos es superior en dos décimas al alcanzado hace un año. En este aspecto, pese a que el resultado neto es negativa, se frena la caída iniciada en 2022 y se recuperan los valores de diciembre de 2021.

En esa línea, más de 60% considera que la situación económico-financiera de las empresas es «normal» en la foto fija de cierre de 2023, siendo este porcentaje 1,3 puntos superior al obtenido hace un año. Tan solo un 14,7% la califica de «buena». Mientras que un 21,8% la tacha de «mala» y un 1,9% de «muy mala».

Sobre el horizonte previsto en el recorrido completo de este primer semestre se concluye que hasta un 57,1% de los colegiados consideran que las empresas de la Región estarán en una situación «igual», mientras que casi un tercio (32,7%) cree que irá «a peor», es decir 8 puntos menos que hace un año. El 10,3% restante piensa que la evolución será «a mejor».

En materia de fortalezas de la economía regional, se constata el importante valor que se le otorga siempre a la elevada propensión/orientación exportadora, que la eligen el 77,2% de los encuestados, así como a la disponibilidad de los recursos naturales propicios para el desarrollo de actividades (turismo, agricultura, energías renovables), con un 62,2%.

También la cultura empresarial y el dinamismo emprendedor (50%) y la existencia de una cultura tradicional del agua (47,5%), que propicia su ahorro y eficiencia, vuelven a ser las ventajas más destacadas. Y las fortalezas menos valoradas son capital humano abundante y de calidad (19,1%), ausencia de importantes desequilibrios territoriales (12,3%), solidez institucional y eficiente funcionamiento de la Administración regional (8,6%) y amplia dotación de recursos tecnológicos (3,1%).

Por último, sobre las debilidades, la insuficiencia de recursos hídricos (59,9%) pasa a ocupar la primera posición en cuanto a lastres, tras aumentar 3,5 puntos respecto a 2022, desbancando al déficit de infraestructuras (57,4%). En un segundo escalón se sitúan los elevados niveles de endeudamiento público y privado (53,7%), los bajos niveles de renta per cápita y productividad (51,2%), y el menor peso industrial (36,4%).

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