El plan de protección del castillo de Mazarrón salva la mayoría de las viviendas del entorno

La propuesta seleccionada recorta el espacio de uso residencial en 958 metros cuadrados. Serían tres parcelas, en las laderas norte y oeste, que pasarían a quedar calificadas como equipamiento básico intensivo. Su destino sería cultural, aunque también podrían acoger zonas verdes. Están situadas en dos de las entradas a la fortaleza. El Ayuntamiento debe decidir ahora cómo se hace con esas propiedades, si negociando con los dueños o mediante expropiaciones.

Esa reclasificación afectaría al 5,3% del total de la superficie objeto de la operación. El plan, que acaba de superar la fase de exposición pública, abarca 18.063 metros cuadrados. Comprende la casa-fuerte de los Vélez, el patio de armas (donde se levantó un auditorio municipal, que acabó hundiéndose) y el perímetro de protección del monumento, delimitado por las calles Santa Rita, Ana Moreno, Cuesta Carrión y Gómez Jordana.

Según el documento, lo que se pretende con el nuevo diseño urbanístico es una mejora del entorno «creando jardines y zonas arboladas». Así, el espacio dotacional que se gana podría tener este fin. En la zona ya existe una pequeña área verde que no llega a los 100 metros cuadrados.

Con la propuesta seleccionada, el suelo residencial pasaría de 4.521 metros cuadrados (25%) a 3.563 (19,7%). Sobre las edificaciones que se alzan dentro del entorno BIC del castillo, el informe realiza dos advertencias. Quizás la de más calado hace referencia a que la mayoría de las viviendas muestran «un mal estado de conservación». El informe contabiliza una treintena de propiedades, pero no todas son casas. También aparecen solares, garajes y almacenes, además de otras construcciones a medio levantar o en ruinas. La otra reseña apunta que «las viviendas están ornamentadas sin ningún criterio homogeneizador, siendo discordantes con el entorno del BIC».

A partir de ahora, el plan de ordenación y protección del castillo entra en una nueva fase, consistente en dar respuesta a las alegaciones que hayan podido presentarse. El equipo técnico está pendiente de recibirlas para su estudio, según indica Ginés Muñoz, arquitecto y redactor del documento. «En este entorno se podía intervenir de muchas maneras. Quizás la alternativa planteada pueda resultar liviana o conservadora, pero el objetivo que se marcó fue dejar el castillo lo más exento posible, fijando unas líneas básicas de respeto al entorno», declara a este diario. El plan de ordenación pretende dar respuesta a un asunto que quedó pendiente tras la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Mazarrón en 1991. Este entorno era uno de los sectores que había que desarrollar mediante la figura urbanística denominada Peri (plan especial de reforma interior). Esa tarea es la que se ha plasmado ahora. El encargo se lanzó la legislatura pasada con la vista puesta en acometer la recuperación integral del monumento.

La reordenación del cerro que corona la fortaleza es uno de los requisitos necesarios para poder acceder a subvenciones destinadas a la restauración del patrimonio histórico. La última actuación realizada en el castillo fue en 2008 con el ajardinamiento y construcción de un auditorio en el patio de armas. Cinco meses después de su inauguración, la obra colapsó.