Las mascarillas siguen en las calles de la Región pese a que ya no son obligatorias
El elevado número de contagios lleva a muchos ciudadanos a mantener su uso en exteriores pese a que muchos expertos cuestionan su utilidad
La mascarilla ya no es obligatoria en exteriores, pero este jueves a primera hora poco parecía haber cambiado en las calles de la Región. Por las principales avenidas de Murcia, de Floridablanca a la Gran Vía, la mascarilla seguía siendo mayoritaria. A lo largo de la jornada, sin embargo, muchos fueron desprendiéndose de esta protección, que para muchos expertos es innecesaria en exteriores.
Salud recomienda, eso sí, el uso de la mascarilla en zonas muy concurridas. No obstante, ni siquiera en esos casos es obligatoria. Solo se exigirá en acontecimientos multitudinarios, como conciertos al aire libre. También los niños se liberaron ayer de la mascarilla en los patios de los colegios.
Los epidemiólogos llevan tiempo advirtiendo de que el riesgo de contagios se concentra en los espacios interiores, y es ahí donde se mantiene el uso obligatorio. Quedan todavía muchos meses para que esta medida desaparezca. «El debate de las mascarillas en interiores no toca ahora, para nada, y no veo un plazo concreto en que se pueda tomar esta decisión», zanja Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, que recuerda que la incidencia sigue en niveles muy altos y que en interiores se producen la mayoría de los contagios, por la falta de ventilación. Países como Dinamarca, Noruega o Suecia y otros territorios, como el Estado de Nueva York, ya han decidido acabar con las mascarillas tanto al aire libre como en interiores, una estrategia que López Hoyos pone en duda «si se tiene en cuenta que estos lugares mantienen cifras de contagio muy elevadas». «Han tomado demasiado a la ligera la situación», resume.
Los epidemiólogos creen que esta medida de protección seguirá vigente en interiores durante muchos meses
En cualquier caso, y en un clima de fatiga pandémica de la ciudadanía tras dos años de restricciones generales, la evolución de la enfermedad marcará el fin de la mascarilla en interiores. «En los próximos meses, o incluso en más tiempo, habrá que seguir vigilando el número de contagios, las hospitalizaciones y la mortalidad. Cuando estos indicadores se encuentren en parámetros que se consideren asumibles, podremos empezar a debatir sobre las mascarillas», explica el profesor de Medicina Preventiva en la Universidad de Alcalá de Henares Pedro Gullón. «Y no tengo claro que este escenario se produzca con el fin de la sexta ola», augura.
«En general, quitar las mascarillas en los interiores no es algo planteable a corto plazo. Es necesario que la incidencia caiga mucho más», expone el epidemiólogo y pediatra Quique Bassat.
Sistema de vigilancia
En la misma línea se pronuncia el asturiano Usama Bilal, profesor de la Drexel University de Filadelfia. «Como la mascarilla en interiores es una restricción importantísima para frenar la transmisión, su obligatoriedad puede retirarse cuando los contagios estén controlados y, en cualquier caso, deberíamos estar listos para echar el freno a tal medida si la transmisión se descontrolara», señala. Pero en este punto, enfatiza en la necesidad de contar con un sistema de vigilancia adecuado. «Es como decidir qué te vas a poner para salir de casa si no sabes si fuera esta lloviendo, nevando o hay 40 grados a la sombra. Si no sabemos qué tiempo hace, no acertaremos al elegir vestuario. El Gobierno ha hablado de 'gripalizar' la Covid, lo que implica utilizar el sistema de vigilancia centinela de la gripe. En principio, usar ese sistema es una muy buena idea», subraya.
