La Comunidad prepara un ensayo científico para oxigenar el Mar Menor

El también jefe del servicio de Pesca y Acuicultura de la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente informó de que, en los últimos días, se divisaron en algunos puntos de la albufera hasta tres bolsas de hipoxia en zonas someras (ya desaparecidas gracias al viento), que revelan valores bajos de oxígeno y que son consecuencia de la putrefacción de algas. Aunque no se llega al nivel de una anoxia (ausencia casi total de oxígeno, lo que provocó la mortandad masiva de peces de octubre de 2019 y en agosto de 2021), es una evidencia de que se acerca de nuevo otra catástrofe medioambiental.

En ese sentido, la Dirección General del Mar Menor tiene sobre la mesa un innovador proyecto, impulsado por el grupo de trabajo de ecología y litoral, que permitiría inyectar oxígeno en el agua de la laguna salada. Está todo preparado para llevar a cabo un ensayo, que consistiría en introducir microburbujas, a través de tuberías microperforadas, para hacer un efecto salvador en zonas con niveles bajos de oxígeno.

El ensayo se realizaría en el club náutico La Isleta de La Manga, en una superficie de 6 hectáreas que afectaría a 150.000 metros cúbicos de agua. Solo falta la autorización por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para iniciar los trabajos, algo que espera que sea cuanto antes. El coste del proyecto asciende a 400.000 euros.

Por otra parte, el Mar Menor se está llenando estos días de un tipo de alga, 'Chaetomorpha linum', conocida también como 'cabello de ángel', que prolifera cuando se producen concentraciones altas de nitratos. Se han recogido durante el mes de abril hasta 2.400 toneladas, «lo que sobrepasa el peor de los escenarios», que era de 800 toneladas, admitió Emilio María Dolores. Un centenar de operarios trabajan en la recogida de algas.

Además, la temperatura media del agua supera ya los 18 grados centígrados, y todo apunta a que irá en crecimiento, hasta alcanzar los 30 grados en las dos primeras semanas del mes de agosto. La turbidez ha bajado mientras que la clorofila ya alcanza los 2,6 microgramos por litro (mg/l) en algunas zonas, «lo que significa que el proceso de eutrofización (sopa verde) puede estar comenzando en las áreas más profundas», señaló el portavoz del comité de seguimiento del Mar Menor.

Por su parte, los niveles «muy bajos» de salinidad (39,56 unidades PSU), que se han detectado pueden tener consecuencias nefastas para el ecosistema, principalmente para la nacra. También favorece la proliferación de especies que no son propias de la laguna salada.