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El acusado de asesinar a su pareja en Murcia tras asestarle nueve puñaladas, en la sesión del juicio celebrada este martes. Javier Carrión / AGM
«Vi a mi madre en el suelo, mi padre la apuñaló y levantó el cuchillo hacia mí»

«Vi a mi madre en el suelo, mi padre la apuñaló y levantó el cuchillo hacia mí»

Las dos hijas de Doris, la mujer asesinada por su pareja en Murcia, aseguran que su padre maltrataba a su madre e incluso la golpeaba mientras dormía

EP

Murcia

Miércoles, 12 de febrero 2020, 14:17

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Las dos hijas de Doris, la mujer asesinada por su pareja en Murcia, confesaron este miércoles que su padre solía maltratar a su madre, incluso llegaron a advertir que cuando esta dormía él la golpeaba y que se emborrachaba también. Uno de los momentos más duros de este juicio por homicidio fue cuando una de ellas recordó la escena del crimen machista: «Vi a mi madre en el suelo, él estaba de rodillas sobre ella, grité y vi que la apuñaló dos veces seguidas y después se dirigió a mí, levantó el cuchillo y salí corriendo».

En el transcurso de la declaración de una de las hijas del matrimonio, el magistrado-presidente del Tribunal del Jurado se ha visto en la obligación de echar de la sala al acusado, ya que este interrumpió en varias ocasiones a su hija, alegando que era «mentira» lo que narraba, a través de videoconferencia. Incluso la defensa le ha instado a que guardara silencio, un gesto que ha sido rechazado por el procesado.

Una vez reanudó su declaración, la joven relató que debido a los continuos episodios de violencia familiar que había en casa se tuvo que marchar, ya que su padre solía beber, «se emborrachaba y la maltrataba, recuerdo que un día le dio un golpe cuando estaba dormida».

Cuando observó cómo su padre hería de gravedad a su madre intentó socorrerla, pero al ver que levantó el cuchillo en gesto amenazante recuerda que salió «cortando»: «Sentí mucho miedo, me asusté mucho, vi cómo la apuñalaba, pero yo busqué para salir porque tenía miedo».

Otra de las hijas de la pareja aseguró que su padre amenazó también a sus hermanos con el mismo cuchillo con el que apuñaló a su madre y que le lanzó a este unas tijeras pero, tras lo ocurrido, intentó «venirse encima mía», por lo que salió huyendo: «Me tiré por las escaleras para poder huir de la vivienda, pedí ayuda y fui a casa de un vecino para coger un cuchillo y regresar a la vivienda pero ya no los vi, no veía a mi madre».

Aunque aseguró que su padre accedió a la vivienda «tranquilo» y con la intención de hablar con su madre, recuerda que su madre les pidió ayuda. A la vista de los testimonios de las dos hijas, tanto la fiscal, como la acusación particular y la defensa renunciaron al testimonio del tercer hijo, que en el momento de los hechos era menor de edad.

«Dos heridas mortales de necesidad»

También declaró en esta segunda sesión del juicio, que se celebra con jurado popular en la Audiencia Provincial de Murcia, el forense, que destacó que de las nueve puñaladas que recibió la mujer, dos fueron «realmente graves, de mortal necesidad, que afectaron al pulmón, tórax y corazón».

Igualmente, advirtió que la víctima tenía heridas de defensa en las manos y que todas las heridas se realizaron con un mismo arma, que ha descrito como «monocortante, inciso-punzante y de grandes dimensiones».

El forense, que se ha ratificado en el informe inicial, explicó que las heridas estaban distribuidas por distintas partes del cuerpo y que la víctima intentó «parar» la agresión, como lo prueban los cortes que presentaba en las manos.

El forense señaló que dos de las nueve puñaladas atravesaron el pulmón y el tórax y llegaron hasta el corazón, que resultó con lesiones mortales, de ahí la «gran cantidad» de sangre que había en dos lugares distintos del domicilio, ya que entre una puñalada y otra la víctima pudo desplazarse, aunque pocos metros, llegando a provocarle la muerte «en poco tiempo».

La fiscal rebaja la pena

El Ministerio Fiscal rebajó un año y medio la petición inicial, al tener en cuenta el reconocimiento de hechos por parte del acusado, que en el derecho a la última palabra he pedido perdón por lo ocurrido: «Me arrepiento de lo que pasó».

Así, la fiscal solicita para el procesado 12 años, 6 meses y un día de prisión por el delito de homicidio y por los tres delitos de amenazas a sus hijos 9 meses de cárcel, aunque mantiene las indemnizaciones. La acusación particular y la defensa se adhirieron a la petición del representante del Ministerio Público. Piden que el procesado indemnice con 50.000 euros a cada uno de sus tres hijos y al menor en 75.000 euros en concepto de daño moral.

En la exposición de los informes, la fiscal, que habla de muerte violenta y agresión psicológica a sus tres hijos, considera que quedó probado en el juicio que el acusado era el causante de los episodios de violencia en el domicilio familiar y que no cumplió las normas de Cruz Roja, que lo había derivado a vivir unos meses en Gerona.

También defendió que era tal el sentimiento de temor de sus tres hijos que «tuvieron que salir corriendo de la vivienda y se tiraron por las escaleras para pedir auxilio». Unos hechos, a su juicio, que «merecen mayor reproche penal al ser un delito de violencia de género y de violencia doméstica» por el que considera que el acusado debe ser declarado «culpable».

La acusación particular se sumó a este informe y la defensa, por su parte, que dejó claro que «los hechos son los que son», pidió a los miembros del jurado popular que tengan en cuenta el reconocimiento de los hechos de su cliente, que «hagan justicia» y que no tengan en consideración la actitud de este en esta segunda sesión del juicio.

El acusado «es consciente de haber destrozado a su familia, son muy duros los días en prisión y la pena es justa y dura, pero más dura es la pena de soledad que padece en estos momentos, es consciente de que ha perdido a su mujer y a su familia», expuso la defensa.

Relato de los hechos

Los hechos, según la fiscal, se remontan a abril de 2018, cuando el procesado viajó a Murcia, donde se encontraba su pareja residiendo con sus tres hijos, con la intención de regresar al domicilio familiar, ya que había una situación de conflicto familiar en la que medió Cruz Roja.

La ONG envió a Girona al acusado y el resto de la familia, víctima y sus tres hijos, uno de ellos menor de edad, se quedó residiendo en la capital murciana.

Sin embargo, el procesado no aceptó esta situación y decidió regresar a Murcia, sin aviso previo, y personarse en el domicilio de su pareja. Se inició entonces una «acalorada» discusión entre ambos, ya que la víctima se negaba a retomar la relación.

El acusado no aceptó la negativa de su pareja, momento en el que la agarró violentamente y guiado con el ánimo de quitarle la vida, le asestó hasta nueve puñaladas a la altura del pecho.

La víctima logró protegerse con las manos y brazos y aunque consiguió huir del domicilio hasta el patio trasero del edificio, fue seguida por el individuo, quien aprovechó para asestarle dos puñaladas más, falleciendo finalmente como consecuencia de un 'shock' hipovolémico.

Los tres hijos intentaron socorrer a su madre, que yacía en el suelo, pero tuvieron que huir de la vivienda y pedir ayuda, ante la actitud de su padre que, guiado con el ánimo de menoscabar sus respectivas integridades psíquicas y de infundirles temor, esgrimió a los tres hijos el mismo cuchillo que aún llevaba en sus manos, sin llegar a alcanzarles. Finalmente, el acusado fue localizado minutos después y los testigos de la zona observaron cómo se deshacía del arma homicida.

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