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José Ruiz, José Carlos Gómez, Manuel Sevilla y Tomás Mateo dan los últimos retoques a la maqueta del belén municipal. Paco Alonso / AGM
La Virgen María con refajo y San José con zaragüelles, en el belén municipal

La Virgen María con refajo y San José con zaragüelles, en el belén municipal

En la gran maqueta de 36 metros cuadrados y dos de alto aparecen El Calvario, la iglesia de San Cristóbal, Santiago y los Reyes Magos a caballo

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Lunes, 10 de diciembre 2018, 07:35

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La Virgen María viste este año refajo azul, lleva moño y largos pendientes. A su lado, San José luce zaragüelles, mientras el Niño Jesús descansa plácidamente en un pesebre que hace las veces de cuna. La escena preside el belén popular costumbrista lorquino que cada año monta la Asociación de Belenistas de Lorca, que estos días da los últimos retoques a la maqueta, de más de 36 metros cuadrados y dos de alto, antes de su inauguración el próximo domingo en el Palacio de Guevara.

Destaca una reproducción del Puente de la Torta, ocupado por el grupo de la Virgen de las Huertas. La Patrona es portada a hombros en su trono camino de la iglesia de Santiago, situada en la maqueta apenas a unos pasos. Escoltan a la talla mayordomos perfectamente uniformados, como lo hacían a principios del siglo XIX. A la romería no le falta detalle. La imagen de la Virgen de las Huertas ha sido realizada por quien ha dirigido los trabajos del belén, José Carlos Gómez, un veterano en estos lares.

La iglesia de Santiago, el Porche de San Antonio, el Palacio de Guevara y la Fuente de La Estrella son algunos de los monumentos de la ciudad que han sido recreados hasta el más mínimo detalle. En lo más alto de un gran macizo aparece El Calvario, cuyas capillas se sitúan en idéntica posición a las que ocupan en la realidad. Y la Confitería, en la zona conocida como 'Quiosco de la Rubia', también se ha incluido en la maqueta. Aunque uno de los monumentos que más llama la atención es la iglesia de San Cristóbal, del Barrio.

3.500 tejas

No le falta detalle. Desde la torre con su veleta, campanas y reloj, que marca las horas, hasta las gárgolas de su fachada principal y su magnífica portada. Y el mosaico de azulejo bajo la torre con la imagen de San Cristóbal. Su techumbre ha sido realizada con goma de goteo, con la que se ha hecho cada una de las 3.500 tejas. Minuciosos son también los puestos del mercado con toda clase de frutas, verduras y pescados hechos en miniatura. Una barraca huertana lorquina también se muestra como las que había en Campillo en el siglo XIX.

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