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La sequía había provocado que el recinto fortificado del castillo se convirtiera en un oasis para los arruís o muflones del Atlas que en los últimos años habitan el Cejo de los Enamorados. Saltaban sin temor las murallas para comer la hierba fresca de los jardines regada mediante goteros, pero su presencia se había convertido en un problema porque, además de destrozar las plantas, rompían a su paso los sistemas de riego y las instalaciones eléctricas del principal monumento de la ciudad. Las lluvias de marzo han hecho que los arruís se batan en retirada y se refugien de nuevo en el monte donde ahora abunda la comida y en las últimas semanas no es tan frecuente que los senderistas se los encuentren en sus caminatas por el entorno del castillo y El Cejo.
El Ayuntamiento ha recurrido a la Consejería de Medio Ambiente, que es la que tiene las competencias en esta materia, para evitar que los muflones regresen al castillo, y abordará el problema en dos fases, según explicó a LA VERDAD el concejal de Cultura, Santiago Parra. La primera será que el personal de Lorca Taller del Tiempo dé aviso a los agentes medioambientales cuando detecten la presencia de arruís para ahuyentarlos mediante la suelta de perros adiestrados y, si este sistema no funciona, se recurrirá a un pastor eléctrico, una cinta electrificada que rodeará la ladera del castillo y que produce pequeñas descargas cuando se acerca el animal. Este cercado es inofensivo, subrayó Parra, y supondrá no solo una barrera física sino también psicológica para los arruís, ya que los calambres estimularán su memoria y evitarán que se aproximen de nuevo a la cerca.
El Ayuntamiento ha estado pendiente en los últimos meses de poder impedir que estos animales transiten por el macizo rocoso del castillo para proceder a la resiembra en las laderas y en el interior del recinto amurallado con plantas autóctonas. Esta es una de las actuaciones que contempla el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino, financiado con los fondos europeos 'Next Generation' y que está dotada con más de 140.000 euros. La resiembra se llevará a cabo en septiembre, según confirmó el concejal, que aseguró que ahora se podrá realizar con todas las garantías.
La presencia de arruís también compromete la seguridad del tráfico en la zona porque cruzan las vías de acceso a la alcazaba y por ello el Ayuntamiento colocó hace un año una decena de señales para advertir a los conductores de la presencia de animales en libertad que pueden ocasionar un accidente si invaden la carretera.
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