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INMA RUIZ
LORCA
Martes, 11 de junio 2019, 08:28
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Los trabajos para estabilizar el macizo rocoso del castillo de Lorca y evitar más desprendimientos sobre la carretera de acceso a la fortaleza están en la recta final. Ya ha sido desmontada la gran grúa instalada a finales del año pasado en el interior del recinto fortificado, que era visible desde toda la ciudad, para facilitar el complejo trabajo que ha consistido en realizar perforaciones para introducir bulones de acero en la piedra en los que anclar la doble malla metálica de sujeción del talud.
Los técnicos de la empresa especializada realizan ahora los últimos remates y comprobaciones para dar por terminada la operación. Según informaron a 'La Verdad' fuentes de la Consejería de Fomento, que financia los trabajos, solo resta para la culminación de esta última fase de estabilización de la roca añadir algún elemento más de sujeción y tensar con precisión las mallas para que cumplan su función de contención de forma adecuada, ante posibles desgajamientos de piedra.
Las redes que envuelven el perímetro del macizo rocoso, con gran capacidad de elasticidad, son capaces de soportar hasta seis toneladas de peso por metro cuadrado y están sujetas mediante barras de 40 milímetros de diámetro.
El macizo sobre el que se asienta la fortaleza está protegido casi en su totalidad por estas mallas pegadas a la roca y por barreras dinámicas que llegan hasta los cinco metros de altura en la zona situada debajo de la muralla del aparcamiento del Parador de Turismo. Estas vallas se colocaron en 2011 después de que se produjeran desprendimientos de rocas de gran tonelaje.
En 2013 la valla pasó una importante prueba de resistencia al bloquear una roca de media tonelada de peso que se había desprendido, a causa de las lluvias, en la zona de la carretera de descenso del castillo, cerca de la estación de bombeo del barrio de San Pedro.
Por otro lado, el acceso al paraje de Los Pilones desde el barrio de San José, la nueva carretera de Murviedro, continúa cerrada al tráfico. La vía de doble sentido y de 1,3 kilómetros de longitud, está completamente terminada desde hace semanas si bien se están colocando los últimos elementos de seguridad como biondas y pantallas antireflejantes en las señales de tráfico que no deslumbren a los conductores de la autovía, que discurre en paralelo. La Dirección General de Carreteras, responsable de los trabajos, responde así a las exigencias de la Demarcación de Carreteras del Estado.
La construcción ha costado 194.000 euros al Gobierno regional, que ha incluido esta vieja demanda de la ciudad en su plan global de mejora de accesos al castillo, en cuyas cuatro fases invertirá 1,2 millones de euros.
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