El alcalde de Lorca muestra su «preocupación» por el cierre de la hostelería

El alcalde de Lorca, Diego José Mateos, ha mostrado su «preocupación» por la decisión del Gobierno regional de cerrar bares y restaurantes de la que «nos hemos enterado por la prensa cuando hay otros canales» para mantenerlos informados, ha dicho.

Para Mateos es «una vuelta de tuerca más a la situación que ya habíamos superado», con la Fase 1 flexibilizada que supuso el cierre perimetral del casco urbano entre septiembre y octubre, con «el trabajo concienzudo y de sacrificio de todos los lorquinos, especialmente de comerciantes y hosteleros». Confía en que el Gobierno regional «acompañe la decisión con líneas de ayudas específicas para el sector hostelero».

El alcalde ha dicho «que llueve sobre mojado pero acatamos la decisión», y anunció que el Ayuntamiento va a seguir luchando contra la propagación del coronavirus siguiendo las recomendaciones de la Consejería de Salud. La decisión de cerrar la hostelería se ha producido horas después de la presentación de una campaña municipal para apoyar a comerciantes y hosteleros que lleva por título: 'Tú eres la pieza clave, ¡Disfruta en Lorca!'.

Hostelor considera que la decisión del Gobierno regional de cerrar bares y restaurantes para frenar el avance de la pandemia es «inencajable por el fuerte golpe» que supone para el sector en el municipio, que al confinamiento actual suma 35 días en Fase 1 flexibilizada entre septiembre y octubre.

Su presidente, Jesús Abellaneda, critica que el cierre del sector se haya adoptado «de forma unilateral», sin tener en cuenta la opinión de los empresarios y el esfuerzo que han realizado hasta ahora para adaptar sus negocios a las exigencias sanitarias contra la pandemia.

Según Abellaneda «se ha tomado el camino de enmedio» y ha opinado que el Gobierno tendría que haber valorado otras opciones antes del cierre y valorar ejemplos como el de Alemania «donde se ha cubierto el 75% de la facturación de los negocios cerrados».

Explica que los hosteleros lorquinos están dispuestos a «sacrificar» sus empresas para hacer prevalecer la salud, pero pone de manifiesto que bajar la persiana no solo provocará una grave pérdida de ingresos sino «crispación social y una recesión de la confianza» de los ciudadanos.