Futuros artistas de la aguja en Lorca
Un centenar de niños del Paso Blanco inician el bordado del estandarte de la Oración en el Huerto
Algunos a duras penas llegaban al bastidor, pero quisieron con su puntada poner su granito de arena. Entre esos pequeños artistas de la aguja estaba Carola Navarro, de 18 meses, que disfrutó poniendo pegatinas a un dibujo del estandarte de la Oración en el Huerto. Los más pequeños del Paso Blanco iniciaron ayer el bordado del estandarte también conocido como 'Paño de las Flores' que se estrenará durante la Procesión de Papel. Es el homenaje infantil a una de las piezas más representativas de la cofradía blanca, que este año celebra su centenario.
Con destreza clavaba ayer la aguja en el bastidor María José Reverte Muñoz, de ocho años. «No es la primera vez que lo hago. Bordo con mi abuela», contaba. A su lado, Loli Pelegrín, explicaba a Paula Martínez Galindo, de diez años, cómo hay que colocar las manos. «Una arriba, y otra abajo». Elena Martínez-Alcaraz López, de cinco años, perfilaba una flor con lana naranja y recibía indicaciones de Ángeles Casado. Y, junto a ellos, Eduardo Montesinos hacía lo propio con Pablo Pérez, de once años. «Es impresionante, porque la mayoría nunca han tenido una aguja en la mano y hay algunos, como una niña de ocho años, que es para subirlos ya al taller», afirmó la presidenta del Coro de Damas de la Virgen de la Amargura, María del Carmen Gallego.
El taller de bordado del estandarte de la Oración en el Huerto estaba integrado por una sección de dirección artística. Allí, los pequeños pudieron colorear el dibujo del estandarte y ponerle pegatinas de flores. «Han podido bordar las flores con lana de colores en tela de arpillera y bordar en oro, con canutillo dorado que previamente habíamos cortado», explicó Gallego.
Un centenar de pequeños desfilaron ayer por este peculiar taller en el que también estuvo Alba Pérez, de seis años, que recortaba flores para su dibujo del estandarte. Muy cerca pintaba Álvaro Segura Martínez, de siete años, que de mayor quiere ser futbolista. Y, mientras, Sacra Martínez, guiaba a otra pequeña mientras matizaba una hoja.