Más de 500 denuncias en una semana en Lorca por saltarse las medidas de prevención

El refuerzo de la vigilancia para hacer cumplir las restricciones impuestas por la pandemia se saldó la última semana de agosto con medio millar de denuncias en Lorca, la mayoría por el incumplimiento del uso obligatorio de la mascarilla. La Policía Local informó ayer de las actuaciones realizadas entre los días 24 al 30 del pasado mes relacionadas con el correcto cumplimiento de las medidas de seguridad ante el coronavirus.

Un refuerzo de las labores y los operativos especiales centrado en un intenso trabajo donde se ha insistido en los controles de movilidad, entre la medianoche y las 8 horas, para todos aquellos incumplimientos en el transporte de trabajadores en furgonetas y turismos, sobre todo en los jornaleros del campo.

En concreto, se han llevado a cabo 101 controles, con 643 personas identificadas y 1.250 vehículos. Se han interpuesto un total de 310 de denuncias por el incumplimiento del uso obligatorio de la mascarilla, ya sea por su no uso o el uso incorrecto. Otras 89 por no respetar el número de ocupantes en el vehículo; 13 por fumar en la vía pública sin respetar la distancia mínima de dos metros; 30 denuncias por no cumplir con la ordenanza municipal de convivencia ciudadana; 16 por realizar reuniones de más de 6 personas y otras 7 denuncias por el incumplimiento del periodo de cuarentena obligatorio.

También se han realizado 8 denuncias en locales por no respetar el horario de cierre establecido y otras 9 denuncias por el incumplimiento del aforo permitido, por lo que estos establecimientos tuvieron que ser desalojados. El caso más grave se produjo en un local donde se celebraba un cumpleaños y que reunía a cien personas en sus terrazas.

Los agentes han incrementado la vigilancia en las pistas deportivas del casco urbano y en las pedanías. En este sentido, 20 jóvenes fueron desalojados de las pistas del pabellón de Las Alamedas el pasado viernes por la tarde. Se ha intensificado el control en zonas habituales para la práctica del botellón en pedanías, especialmente en el Rincón de Carranza, La Parroquia, Almendricos y La Paca, y en otras zonas del casco urbano como La Quinta, las inmediaciones del castillo y del campus universitario, el cauce del río, para lo que también se ha empleado el uso de un dron, además de la vigilancia a pie, en patrullas, de paisano.

Además de los barridos realizados sobre todo en los barrios donde el centro de salud de referencia está en 'nivel rojo' y el índice de contagio es alto, para comprobar el nivel de cumplimiento de las medidas obligatorias. Un refuerzo policial en el que están involucrados 70 efectivos y que va más allá de las labores ordinarias de los agentes, como el control de tráfico o la detención por acciones ilegales.