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Los fieles custodios de la ermita del Señor de la Carrera, en las faldas del castillo, tuvieron que abandonar la casa cueva en la que residen el pasado 6 de marzo por riesgo de derrumbe debido a las intensas lluvias. El problema no fue menor, porque el Ayuntamiento se ha visto obligado a construir un muro de hormigón para consolidar la ladera y a reforzar y sellar los huecos de las grutas interiores de la vivienda para garantizar la seguridad de la familia. Esta, con un total de 10 miembros, fue realojada en un piso municipal pero Isabel María Porta García, actual santera de la ermita, no ve el momento de regresar a su casa del barrio de Santa María y seguir cuidando del humilde templo que alberga al Señor de la Carrera, como ha hecho su familia de generación en generación desde mediados del siglo XIX.
La capilla se sitúa a escasos metros de la casa e Isabel relata que para construir el muro los obreros han derribado un almacén adosado, lo que ha provocado importantes daños en una de las paredes. «Se está venciendo hacia adelante y tememos que se venga abajo», advierte. Aunque las lluvias han agravado el problema de filtraciones de la vieja edificación la talla situada sobre una cruz de madera en una hornacina protegida con un cristal, no ha sufrido daños. Tampoco la colección de cuadros, exvotos de cera, estampas religiosas y fotos que decoran este lugar de culto popular como ofrenda de los devotos a lo largo de los años en agradecimiento por los favores recibidos.
«Estar lejos nos duele, no queremos que se pierda esta tradición», dice a La VERDAD esta vecina que recuerda que un antepasado encontró la imagen dentro de una tinaja en la montaña, muy cerca de la casa y construyó la ermita en el mejor espacio de la vivienda para albergar al Cristo.
La concejala de Desarrollo Local, Rosa Medina, aseguró que cuando finalice la construcción del muro el Ayuntamiento reparará los daños de la casa y de la ermita, que quedarán en perfectas condiciones de habitabilidad, pero las cuevas, que se utilizaban como dormitorios, no se podrán recuperar por el peligro que entraña la roca. Isabel lamenta que la vivienda quedará muy reducida, sin espacio suficiente para su familia y pide la reconstrucción «de lo que es nuestro».
Esta es la única familia desalojada por el temporal de lluvia que aún no ha podido regresar a su casa y el Consistorio sigue trabajando en la construcción de muros de contención en algunos puntos de los barrios altos dañados, como el Rincón de Bautista, próximo a los antiguos depósitos de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, San Lázaro y en una de las laderas del castillo. Hoy se iniciará en el Calvario Viejo la consolidación de una roca próxima a una vivienda.
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