La campaña de sandía arranca con fuerza en el valle del Guadalentín y llegará a los diez millones de plantas
Los agricultores ponen en marcha las cosechas con una semana de retraso por el frío, pero con optimismo porque tendrán agua suficiente
No se han cumplido las nefastas previsiones que durante diciembre y enero han atormentado a los agricultores, que se veían abocados a continuar reduciendo sus plantaciones un 40% por falta de agua. La campaña de la sandía, una de las más importantes para el valle del Guadalentín, arranca con fuerza esta semana y con garantías de que dispondrán de agua de riego. Solo en esta primera semana se plantarán un millón de injertos, la décima parte de toda la campaña, que se extenderá hasta mayo para abastecer a sus clientes hasta finales de agosto. Lo explicó a LA VERDAD el presidente de Coag en Lorca, Plácido Pérez Chuecos, que confirmó que las plantaciones se inician con una semana de retraso para evitar que las plantas sufrieran las «fuertes heladas» que se han registrado los últimos días.
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El agua disponible para marzo será «muy justa» porque las nuevas plantaciones se simultanean con el rebrote de la alcachofa y el consumo será mayor, pero los agricultores se muestran optimistas porque la mayoría no consumió la totalidad de los 300 metros cúbicos por hectárea que les correspondían en febrero y tienen suficientes reservas.
A esto se suma que, después de un diciembre «ruinoso» por los escasos beneficios, la subida de precios en el brócoli y la lechuga han «animado el bolsillo y también psicológicamente» a los productores, que han abandonado la «desgana» de seguir cultivando, dijo Pérez Chuecos.
Hasta julio podrán disponer de entre siete y ocho hectómetros del Trasvase y de la desaladora de Torrevieja
El presidente de la Comunidad de Regantes, Juan Marín, aseguró que podrán disponer hasta julio de entre siete y ocho hectómetros más de agua del Trasvase (1,5 hectómetros) y de la desaladora de Torrevieja el resto, gracias a la subvención concedida por el Gobierno central, que abarata el precio hasta los 40 céntimos por metro cúbico. Esto cambia el escenario, que es «más positivo que hace un mes», dijo.
Las dudas sobre la disponibilidad de agua han pesado hasta el último momento sobre agricultores como Emilio Clemente, de la cooperativa Alimer, que no sabía si podría plantar las 60 hectáreas habituales. Admitió que, más que las pérdidas económicas, por tener que reducir la superficie cultivada un 40%, les preocupa no poder cumplir los compromisos con los clientes «a los que nos ha costado muchísimos años poder acceder».
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El mercado nórdico ha sido el más difícil de conseguir, es muy exigente con la calidad del producto, pero al mismo tiempo «es de los que más paga», afirmó Pérez Chuecos. Le siguen en exigencia y demanda los mercados inglés y alemán. Este último es su mejor cliente, el que más consume cuando las temperaturas apenas llegan a los 25 grados. «Si Alemania abre la boca, falta sandía en Europa», resume Pérez Chuecos.
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