El liderazgo de Conesa se resiente en un PSRM decepcionado por el fracaso
El dirigente socialista insiste en la necesidad de un cambio de presidente para «acabar con la degradación política y moral» del Gobierno
La militancia había respaldado el pasado domingo de forma casi unánime (99% de votos a favor) la moción de censura que debía acabar con ... los 26 años de control de la Comunidad Autónoma por el PP. Esta posibilidad, tantas veces anhelada, había despertado una corriente de alegría y optimismo en el PSRM-PSOE, que ayer se quebró definitivamente.
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El anuncio de los tres diputados expulsados de Vox de que hoy votarán en contra esfumó las últimas esperanzas sobre el triunfo de la moción del PSOE y Ciudadanos, ya muy mermadas desde la escisión del grupo de Ciudadanos y la deserción de tres de sus diputados.
Varios miembros del Partido Socialista consultados por LA VERDAD escogieron la misma palabra para describir el estado de ánimo una vez confirmado el fracaso de la moción: decepción.
«El PP es el principal responsable de habernos llevado a la ruina económica y al colapso ambiental»
El desgaste y erosión del secretario general del PSRM, Diego Conesa, al frente de la organización es otra de las consecuencias de la frustrada moción de censura. El liderazgo de Conesa, uno de los principales impulsores de la operación política, junto con el delegado del Gobierno, José Vélez, perderá adeptos tras este serio revés en un año en el que deberá someterse a la reelección para el cargo en el congreso regional previsto para después del verano.
Rumores circularon ayer por Murcia sobre una posible retirada de la moción de censura, y la consiguiente suspensión de la segunda jornada del Pleno, incluida la votación de la moción. Sin embargo, esta opción fue descartada por el PSRM, dispuesto a dar la última batalla, aunque ya la sepa perdida.
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«Es un acto de infamia y bochorno comprar la voluntad de varios diputados utilizando para ello los sillones del Consejo de Gobierno»
El vicesecretario general y portavoz de la ejecutiva regional, Francisco Lucas, dejó claro que, a pesar de la anunciada derrota, las espadas siguen en alto: «Los 45 diputados votarán mañana [por hoy] corrupción o regeneración. El PP, y Teodoro García Egea, han comprado a quienes se han dejado vender y corromper por un puesto, un sillón. Va a ser un Gobierno de tránsfugas, un gobierno corrupto que solo mira por sus intereses. Un Gobierno regional indigno formado por personas sin decencia ni vergüenza. La ultraderecha ya ha llegado a la Región de Murcia. Todo esto dirigido por uno de los mayores males que le ha pasado a esta Región, que es Teodoro García Egea. Los perdedores de todas las elecciones a las que se presentan solo saben llegar al poder a base de corruptelas. Si no se aprueba la moción, ganará la corrupción y perderá la Región».
La decepción fue el sentimiento general ayer en el PSRM al conocerse que la moción no saldrá delante, pero no el único. También hubo socialistas que respiraron aliviados, indican las fuentes consultadas. Son aquellos que recelaban que hubiera que agradecerle la victoria de la moción de censura a los votos de los antiguos diputados de Vox, por considerar que a la larga sería muy contraproducente para el partido.
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«Está más interesado [López Miras] en la pelea permanente con el Gobierno de España, haciendo partidismo en medio de esta pandemia»
Un orador desmesurado
Es posible que Conesa salga tocado por no haber podido confirmar las expectativas generadas hace una semana, cuando se registró la moción de censura. Pero si la maniobra para cambiar al presidente de la Comunidad fracasa hoy, no será por la falta de ímpetu del secretario general socialista en la primera jornada del debate parlamentario.
Su discurso de ayer para defender la moción de censura arrancó los aplausos de la bancada socialista más de una docena de veces, alguna de ellas con los diputados en pie, y provocó gritos e interrupciones desde los escaños populares en otras tantas ocasiones.
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El líder socialista inició la sesión cuando aún no se sabía la orientación del voto de los tres diputados disidentes de Vox y puso todo su empeño en mostrar a un Gobierno regional del PP podrido por la corrupción. Habló de «veinticinco años de corrupción generalizada», acusó al Ejecutivo presidido por Fernando López Miras de haber causado la «ruina económica y el colapso ambiental» de la Región, de «haber traspasado todo los límites de la decencia», de «comprar la voluntad de varios diputados utilizando los sillones del Consejo de Gobierno», incluso de haber pactado con Vox un adelanto de las elecciones regionales al próximo mes de octubre.
«Proponemos un nuevo gobierno para recuperar la esperanza y la ilusión, y abordar un proceso de regeneración democrática»
Conesa demostró cómo se puede estirar «el chicle de la corrupción» durante más de treinta minutos de discurso empleando múltiples variantes de una misma idea: tachó al Gobierno regional del PP de corrupto en una veintena de ocasiones, pero también lo acusó de indecente, inmoral, infame, indigno...
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Censuró el dirigente socialista la gestión de la pandemia realizada por López Miras y justificó la moción por la necesidad de «acabar con el proceso de degradación política y moral» del Ejecutivo y reemplazarlo por otro «fuerte, respetable y estable» que formaría el PSOE junto a su nuevo socio, Ciudadanos.
Pone en duda el honor y la palabra del presidente del Parlamento autónomo
La vehemencia de Conesa le llevó incluso a cuestionar al presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, diputado de Cs que anunció que se abstendría con respecto a la moción de censura. El líder socialista dio las gracias a Juan José Molina y a Ana Martínez Vidal, los únicos parlamentarios de Cs que han mantenido su apoyo a la moción, «por tener palabra y firma, y por aguantar la presión a su alrededor». «No quisiera pensar que podríamos estar en la misma situación, sin honor ni palabra ni firma, de quien ostenta ahora mismo la presidencia de esta Asamblea», agregó. En ese momento, Castillo le interrumpió y le advirtió de que no siguiera por ese camino, pues consideraba sus palabras «un ataque a la institución». «Usted me podrá criticar lo que quiera, pero fuera del hemiciclo», añadió.
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