La defensa de 'El Orejas' aduce que disparó en defensa propia

Para su abogada, en este crimen subyace una circunstancia de tal envergadura que implicaría la absolución del acusado: «Actuó en legítima defensa». El juicio por el asesinato a tiros de una pareja en 2016, en el paraje de la Guitarra de Caravaca, continuó ayer con el planteamiento de las cuestiones previas, el establecimiento de las posiciones de las acusaciones y defensas y la lectura de sus escritos de calificación.

La defensa del principal acusado sostiene que Juan admitió desde el primer momento ser el autor de los disparos que acabaron con la vida de un pastor y su novia, pero que lo hizo como una reacción instintiva al ver que José se bajó del coche con un objeto en sus manos; «algo que le hizo temer por su vida». Argumenta que Juan A. estaba atemorizado por las amenazas de José, que tras sufrir el robo en su casa de 2.000 euros estaba convencido de que su amigo era el ladrón. Por eso, 'El Orejas' había puesto días después del robo una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil por amenazas. «Temía por su vida y por la de su familia», sostiene la abogada. Asimismo, la defensa reclama que de ser hallado culpable, se le aplique la atenuante de confesión de los hechos.

Por su parte, la fiscal y las dos acusaciones particulares se opusieron a que se contemple la legítima defensa y manifestaron que para hacerlo habría sido necesario que hubiese habido un ataque previo.

Según la fiscal, eso no ocurrió, ya que el procesado esperó escondido y con la escopeta cargada a que la pareja llegara a su casa. Cuando José aparcó su coche frente al porche de la vivienda, le disparó en el pecho a una distancia de metro y medio. Para evitar testigos hizo lo propio con Encarna, a la que descerrajó un tiro por la espalda a escasos 50 centímetros: «No pudieron defenderse», indicó.

El abogado de los hermanos Dionisio V. y Demetrio V. -la fiscal pide 26 años de prisión para el primero como cooperador necesario y por la tenencia ilícita de armas, y tres para el segundo por este último delito-, explicó que ninguno de los dos conocía las intenciones de Juan A. cuando este les pidió la escopeta. «Dionisio era el dueño del arma y se la dejó. Hasta ahí no hay discusión, pero demostraremos que no sabía que iba a matar a dos personas con ella», expuso el letrado.