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El letón vinculado con la muerte de un vecino de Espinardo 'planta' a la juez

El sospechoso, que salió hace una semana libre, no acude a firmar al juzgado ni a la citación para reconstruir la muerte de su amigo

Alicia Negre

Murcia

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Viernes, 6 de octubre 2017, 03:00

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La investigación de la muerte de un vecino del barrio murciano de Espinardo, cuyo cuerpo apareció a finales del pasado agosto en su vivienda envuelto en una manta, se complica. Según explicaron fuentes cercanas al caso, el paradero del joven letón, que está vinculado a este presunto homicidio, y que la juez instructora del caso decidió sacar de prisión la pasada semana, es ahora una incógnita.

La titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Murcia decidió la pasada semana decretar la libertad provisional del sospechoso ante la inconsistencia de los resultados del informe forense que no es capaz de determinar la causa de la muerte -si fue o no violenta- dado el avanzado estado de descomposición en que se hallaba el cuerpo. La magistrada, sin embargo, le retiró el pasaporte al imputado, le impidió salir del país y le impuso la obligación de comparecer periódicamente en el juzgado.

La primera cita de este joven letón con el juzgado era el lunes y, según confirmaron las fuentes, el sospechoso no se presentó. Ayer estaba prevista la realización de una reconstrucción de los hechos en la vivienda del fallecido, en un residencial de la calle Antonio Rocamora de Espinardo, pero el acusado tampoco apareció. Ante esta situación, la acusación particular ya prepara un escrito para solicitar a la juez que dicte una orden de búsqueda y detención internacional y que, en caso de que sea localizado, se le ingrese inmediatamente en prisión.

La acusación particular pedirá que se dicte una orden de búsqueda internacional del joven

El cadáver de este vecino de Espinardo fue descubierto a finales de agosto después de que los residentes alertasen de que goteaba desde el balcón de su vivienda un líquido que inicialmente se pensó que era sangre, pero que, en realidad, provenía de la descomposición del propio cuerpo. Según precisaron fuentes ligadas al caso, el cadáver no presentaba heridas de bala, ni de arma blanca, pero estaba maniatado -de manos y piernas con bridas- y envuelto en una manta.

La salida de la cárcel del único imputado en este caso cayó como un jarro de agua fría sobre los familiares del difunto, que están convencidos de que su muerte fue violenta y reclaman que prosiga la investigación. Los tres hermanos del finado se personaron en la causa como acusación particular y pretenden batallar para que el juzgado siga indagando para tratar de arrojar algo de luz sobre la muerte de su allegado.

El joven letón, al que la víctima, en apariencia, había acogido en su vivienda, declaró en primer lugar como testigo ante la Policía. En ese momento, según ha podido saber este diario, aseguró que había tenido una discusión con su amigo y que, en el transcurso de esta, el hombre había caído, golpeándose accidentalmente la cabeza. Más tarde, se desdijo.

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