Juzgan al acusado de asestar una brutal paliza a un joven en el barrio murciano de La Fama

La Fiscalía limita la petición de condena a diez años de cárcel, al estimar que los hechos son constitutivos de un delito de lesiones con grave deformidad. La acusación particular, que ejerce el letrado Raúl Pardo-Geijo Ruiz, eleva, sin embargo, su petición hasta los 15 años de prisión por un supuesto delito de tentativa de asesinato.

Los hechos ocurrieron supuestamente hacia las ocho de la mañana del 1 de diciembre de 2018, después de que el acusado saliera de la discoteca Rem de Centrofama y se dirigiera hacia la calle Santa Rita. Allí se encontró con un joven de nombre Alejandro, a quien acusó de haberle robado el móvil en el local de copas. Incluso llegó a telefonear a la Policía, pero los agentes, después de constatar que Alejandro no portaba el teléfono, se marcharon.

Fue entonces cuando el acusado comenzó presuntamente a rayar el coche del otro chico y, a continuación, empezó en apariencia a golpearlo hasta hacerle caer al suelo, inconsciente. Allí habría seguido dándole golpes, asestándole patadas en la cabeza, hasta que al ver llegar a la Policía emprendió una veloz huida. Fue localizado debajo de un coche, en la plaza de La Paz.

Alejandro sufrió múltiples fracturas en el rostro –caras orbitarias, nasales, senos maxilares, arcos cigomáticos, espina y tabique nasal, paladar...–, que le obligaron a permanecer varios días en la UCI y requirieron de casi un año para curar. Le han quedado además distintas secuelas.

Las acusaciones llegaron a formular dos escritos en esta causa. Lo hicieron inicialmente después de que el Juzgado de Instrucción número 1 de Murcia procesara al presunto autor de la paliza por un delito de lesiones. Teniendo en cuenta la limitación que imponía esa consideración legal, el Ministerio Público reclamó la imposición de una pena de cinco años, mientras que Pardo-Geijo Ruiz, que ejerce la acusación particular, la elevó hasta seis años de prisión.

Al discrepar con esa calificación de los hechos, este penalista recurrió ante la Audiencia y consiguió que el tribunal admitiera que el ataque había sido de tal gravedad que podía llegar a considerarse, de manera indiciaria, como constitutivo incluso de un asesinato tentado. Esta resolución ha abierto la vía para que ambas acusaciones puedan incrementar considerablemente sus demandas de condena.