La Justicia tiene nombre de mujer
Las féminas ocupan ya seis de cada diez nuevas plazas en un terreno, el del poder judicial, que durante décadas les estuvo prácticamente vedado. Las magistradas confían además en alcanzar pronto una cúpula aún mayoritariamente masculina
Su imagen es la constatación más evidente de que los tiempos han cambiado. Arantxa García, Cristina Naranjo, Rosa Ana Giménez, Cristina Rubio, Alba Robles y ... Ainhoa Recalde son el presente, pero sobre todo el futuro de una justicia murciana en la que ya soplan nuevos vientos. Cargadas de ilusión y ganas, estas jóvenes se colocaron hace unas semanas al frente de juzgados de Primera Instancia e Instrucción de San Javier, Jumilla, Totana y Cieza. Su fotografía da buena cuenta de la irrupción aplastante de las féminas en un terreno, el del tercer poder, que durante décadas les estuvo prácticamente vedado. Las sentencias del futuro tendrán mayoritariamente firma de mujer. El reto está, ahora, en que estas profesionales logren encaramarse a una cúpula en la que, por el momento, priman las corbatas. Las magistradas, sin embargo, lo tienen claro: es solo cuestión de tiempo.
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«La Administración de Justicia se nutre ahora de mujeres como no lo había hecho antes en su historia», remarca Ascensión Martín, magistrada de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia y portavoz nacional de la asociación Juezas y Jueces para la Democracia (JJpD) -la primera mujer en ostentar este cargo-. «Es un cambio paradigmático».
«La Administración de Justicia se nutre ahora de mujeres como no lo había hecho antes en su historia. Es un cambio paradigmático»
Ascensión Martín
Portavoz nacional de JJpD
Las juezas copan a día de hoy el 46,9% de las plazas en los órganos de la Región, de acuerdo a los datos que maneja el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) relativos al pasado año. El porcentaje, aunque roza la paridad, se sitúa por debajo de la media nacional de juezas y magistradas en activo, que ya alcanza el 54,8%. Es más, Murcia es la única comunidad en la que el porcentaje de féminas no llega al 50% y la que arrastra aún unas cifras más bajas de representación femenina.
Aunque el trecho a recorrer sea aún arduo, en los últimos años, la justicia murciana ha dado unos pasos de gigante en su camino hacia la paridad. La tasa de mujeres en los estrados se sitúa a años luz de la que la Administración contabilizaba hace solo una década, cuando las mujeres solo se calzaban una de cada cuatro togas en la Comunidad.
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«Tuve claro desde muy pequeña que yo quería ser jueza»
La murciana María Jover tuvo el arrojo en el año 1972 de iniciar una senda que ha sido recorrida en estas décadas por otras muchas mujeres. Esta magistrada, ya jubilada, fue la primera jueza de España y la primera mujer en ostentar la presidencia de una sección -la tercera- en la Audiencia Provincial de Murcia. «Era más complicado por la sorpresa del ciudadano», relataba a LA VERDAD en su despedida laboral. «Yo empecé a ejercer en la provincia de Huesca y generó una sorpresa en los ciudadanos de la localidad. Cuando me veían pasar acudían a ver y llamaban a otros»
A día de hoy, en el rango de más edad -a partir de los 61 años-, la presencia de mujeres es anecdótica. Es más, solo se contabilizan tres magistradas en la Región de esas edades. El empuje femenino se percibe claramente, sin embargo, entre las nuevas generaciones. Las mujeres suponen el 60% entre los jueces y magistrados en activo de menos de 50 años y hasta el 64% entre los treinteañeros que se acaban de incorporar a la carrera judicial. En la última promoción -la de las seis nuevas juezas destinadas a juzgados de la Región-, las mujeres coparon ya siete de cada diez plazas.
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Fátima Saura, magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Murcia, subraya que «el número de aprobadas entre las nuevas promociones es abrumador». Saura es además la coordinadora de Igualdad en el ámbito del TSJ de Murcia. El CGPJ creó hace años una comisión de igualdad en el seno del Consejo para tratar de agilizar los pasos en este ámbito. «Somos como cualquier poder y estamos obligados a que la igualdad sea efectiva», enfatiza.
Savia nueva en las trincheras
Esta savia nueva batalla cada día para que las trincheras de la justicia murciana sigan sosteniéndose, pese a la elevada litigiosidad y la baja ratio de jueces por habitante que la Administración sufre de forma endémica. En casi seis de cada diez juzgados de Instrucción, Primera Instancia y Primera Instancia e Instrucción de la Región se encuentra al frente una mujer, conforme a los datos que maneja el Poder Judicial. También son ya mayoría al frente de los órganos de lo Penal.
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La renovación de la carrera judicial, que en los últimos años ha estado protagonizada principalmente por rostros femeninos, ha provocado que en algunos destinos ellas manejen todo el cotarro. Es el caso de los juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Cieza, Totana, Mula y Yecla, donde, a día de hoy, solo existen juezas. En el resto de partidos judiciales, en todos, en los juzgados de Primera Instancia e Instrucción la mayoría es femenina.
Las mujeres ya han alcanzado, además, otros escalones en la justicia murciana. A finales de 2016, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial celebró un juicio por presuntos abusos sexuales que se convirtió en una vista histórica, al ser la primera celebrada en este órgano por un tribunal exclusivamente constituido por mujeres. Estuvo presidido por la magistrada Concepción Roig y del mismo formaron parte, además, sus homólogas Beatriz Carrillo y Ana María Martínez Blázquez.
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«Es cuestión de tiempo que las mujeres accedan también a los órganos de gobierno»
Fátima Saura
Magistrada y coordinadora de Igualdad en el TSJ
«Cuando la gente me veía en el juzgado se refería a mí como la chica». La magistrada Roig sonríe al recordar sus inicios como juez de distrito en San Javier en 1988. Solo tenía 26 años y la presencia de una mujer al frente de un órgano judicial aún era algo a lo que la sociedad no estaba hecha. En 1992 fue la primera mujer en incorporarse a un juzgado de Instrucción de Murcia. «Cuando íbamos a los levantamientos de cadáveres la Guardia Civil no me dejaba sentarme en el coche detrás con los demás porque me veían muy poca cosa».
Con el paso del tiempo, la magistrada Roig ha pasado a presidir una sección de la Audiencia -la tercera- ya mayoritariamente compuesta por mujeres. La paridad alcanzada en algunas instancias judiciales, remarca, ha redundado en una mejora de la justicia que se imparte. «El hecho de que haya hombres y mujeres en los tribunales es infinitamente mejor a la hora de decidir», remarca. «Enriquece mucho en un órgano colegiado que haya magistrados de ambos sexos».
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La portavoz de JJpD hace hincapié en que la entrada firme de las mujeres en la Administración de justicia ha traído de la mano «una nueva visión del derecho» y la incorporación de una necesaria perspectiva de género. Saura, por su parte, quiere dejar claro que «la calidad de la justicia en España es muy buena y no hace distinciones por razón de sexo». En la preparación de los jueces, insiste, se hace «un esfuerzo descomunal» para impartir una formación en igualdad.
«Lo que falla es la cúpula»
Martín aplaude que a nivel nacional casi el 57% de las plazas de la carrera judicial tengan ya nombre femenino, pero remarca que la igualdad no se aplica aún en las altas esferas. «Lo que falla es la cúpula de la carrera judicial», advierte.
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Efectivamente, en los órganos centrales la presencia femenina se reduce notablemente. En el caso del Tribunal Supremo, las féminas solo copan actualmente dos de cada diez puestos y en la Audiencia Nacional las magistradas suponen el 45,2%, conforme a la estadística del Poder Judicial. En los tribunales superiores de justicia y en las audiencias provinciales, de media, la presencia de mujeres ronda el 38,1% y 39,1%, respectivamente.
La magistrada Roig explica que, en muchas ocasiones, las profesionales desisten de aspirar a las denominadas plazas de libre designación. «El miedo a desatender otras obligaciones, como la pareja, los hijos o los padres, a veces lleva a las mujeres a desistir», explica. «Es una cosa cultural que debe ir cambiando».
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La portavoz de JJpD aplaude que actualmente el país cuente con una ministra de Justicia y una fiscal general del Estado. Se muestra esperanzada en que alguna mujer pueda alcanzar la presidencia del Consejo General del Poder Judicial o del Constitucional cuando se produzca su renovación. «Necesitamos la misma proporción de mujeres que en las bases, también en la cúpula».
«El miedo a desatender otras obligaciones, como la pareja, los hijos o los padres, a veces lleva a las mujeres a desistir»
Concepción Roig
Magistrada de la Audiencia Provincial
La coordinadora de Igualdad hace hincapié en que «nos queda muchísimo esfuerzo por hacer». En este sentido, advierte de que «la falta de juzgados y la sobrecarga perjudica todavía más a las mujeres si no hay buenas medidas de conciliación». A la hora de aspirar a puestos más elevados, explica, ellas suelen encontrar más frenos. «Quizás a las mujeres les cuesta más llevarse a la familia a Madrid o dejarla aquí», argumenta. «Es una realidad que no podemos negar». Saura, sin embargo, se muestra esperanzada con el futuro. «Está cambiando mucho la concepción que las mujeres tenemos de nuestros roles», remarca. «Es cuestión de tiempo que las mujeres accedan también a los órganos de gobierno».
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