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Los cinco franciscanos del convento de Santa Ana del Monte de Jumilla, hace unos días. SIETE DÍAS JUMILLA
«El virus tiene su poder, pero no para cerrar las puertas de Cristo»

«El virus tiene su poder, pero no para cerrar las puertas de Cristo»

Los franciscanos de Santa Ana del Monte, en Jumilla, transmiten por las redes sociales los oficios religiosos

LOLA TOMÁS

JUMILLA

Miércoles, 15 de abril 2020, 01:02

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La situación del confinamiento no es extraña para los cinco frailes franciscanos del convento de Santa Ana del Monte, que están acostumbrados a vivir en soledad. Lo único que echan en falta es la presencia de los fieles que van a venerar las imágenes sagradas del monasterio, explica el padre guardián, Francisco Oliver, que aprovecha para invitar a los creyentes a vivir estos días «desde el interior y desde la fe».

Lo cierto es que la situación de cuarentena y confinamiento no ha logrado alterar gravemente la vida diaria de la comunidad franciscana, donde todo es silencio, oración y reflexión. Oliver indica que se sigue manteniendo el horario interno de la comunidad, una recomendación que les trasladaron incluso los psicólogos de una asociación de religiosos.

El convento tiene las puertas abiertas. Aunque cumplen con todas las recomendaciones y obligaciones que la ley contempla, «el virus tiene su poder, pero no tanto como para cerrar las puertas de nuestro amado Cristo», asegura Oliver, en clara referencia a la venerada imagen del Amarrado a la Columna, obra de Francisco Salzillo.

El padre franciscano admite que les duele la situación de crisis sanitaria porque «son muchas las familias que lo están pasando mal. Nos duelen los enfermos, los sanitarios que ponen en riesgo su vida por atendernos, y rezamos por todos los que luchan y atienden nuestras necesidades».

Una de las novedades que ha ideado este grupo de franciscanos es retransmitir por las redes sociales los oficios religiosos que se celebran en dicho convento. Lo hacen a través de su página de Facebook, e hicieron una particular despedida de la imagen del Cristo Amarrado a la Columna en la tarde de Domingo de Ramos, «como manda la tradición». También ofrecen rogativas, meditaciones, el rezo del Ángelus y los misas para que los fieles puedan «seguir viviendo de cerca la fe y el amor Cristo».

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