Joaquín Rubio, el ingeniero del campo con limón en la sangre
El presidente de la cooperativa El Limonar de Santomera se pone al frente de la interprofesional Ailimpo con su extensa experiencia en la agricultura, pero también en la política
La vida laboral de Joaquín Rubio (Santomera, 1980) se fraguó entre los limoneros de su abuelo desde pequeño, y esta misma semana ha pasado ... a ocupar la presidencia de Ailimpo, una de las interprofesionales agrarias (limón y pomelo) más importantes del Mediterráneo español, pero también de España. Rubio estudió en centros públicos de su localidad, primero en el colegio Ricardo Campillo y después en el instituto Poeta Julián Andúgar. Orientó su formación superior hacia un camino muy claro: primero por la Ingeniería Agrícola y posteriormente por la Ingeniería Agrónoma, completando su perfil técnico con varios másteres, pero siempre compaginando los estudios con la actividad agrícola familiar.
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La vocación por el campo nunca fue accidental. Desde niño, Rubio participaba en las tareas agrícolas, ya fuera recogiendo almendras o ayudando en la finca de limones. Esta experiencia temprana le llevó a ver la agricultura no solo como un modo de vida, sino como una forma digna y amable de emprender. En 2011, decidió dedicarse profesionalmente al campo, centrándose en la producción de limones y asumiendo tareas de gestión de la cooperativa El Limonar de Santomera, de la que ahora es presidente. Rubio ha defendido siempre el modelo cooperativo, considerándolo imprescindible para el desarrollo agrícola y para mantener la independencia y dignidad del agricultor. Al final, dice, este modelo te permite ser tu propio jefe en el sector de la producción de alimentos, «que es algo bastante noble».
Lleva 15 años, desde que cogió la plantación familiar, siendo agricultor ecológico, apostando por un valor añadido que compense la menor productividad. El santomerano ha sido testigo y protagonista de la transformación del cultivo del limón en su zona. Argumenta respecto a los cítricos que, si en sus inicios era un cultivo accesible y complementario para muchas familias, hoy requiere una alta cualificación y profesionalización. El aumento de los costes de producción, la reducción media de las cosechas y la necesidad de producir limones de alta calidad han cambiado el panorama. Rubio destaca que la agricultura, lejos de ser bucólica, exige una gestión empresarial rigurosa y una adaptación constante a las nuevas realidades del mercado.
Concejal
La inquietud social de Joaquín le llevó a la política local, donde llegó a ser concejal y primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento por el partido Alternativa por Santomera, una formación de izquierdas compuesta por personas de distintos partidos y que fue socio de gobierno del PSOE entre 2015 y 2019. Su entrada en política estuvo motivada por el deseo de romper la dicotomía entre los partidos tradicionales y transformar la gestión municipal. Rubio recuerda su etapa política como una experiencia enriquecedora, aunque no exenta de dificultades personales y ataques políticos.
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Entre los logros de los que se siente más orgulloso destaca la obtención de dos subvenciones europeas por valor de 2,5 millones de euros, destinadas a la modernización de la piscina municipal y el cambio de toda la iluminación pública, lo que supuso un ahorro energético del 30% anual para el municipio. También resalta las inversiones en los colegios públicos, cubriendo pistas deportivas y dotando de aire acondicionado a todas las aulas.
Mandato de cuatro años
Rubio se define como una persona que ha aprendido a valorar la diversidad ideológica: «Tener una ideología determinada no te da el carné de buena persona», dice. Su paso por la gestión pública le ha permitido abrirse y dejar atrás prejuicios, reconociendo la importancia de las personas, con independencia de su afiliación política. No se arrepiente de su paso por la política y, si tuviera que hacerlo de nuevo, volvería a comprometerse con su municipio.
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Joaquín dirigirá Ailimpo durante los próximos cuatro años, tiempo que quiere invertir en fortalecer la imagen y el papel de la interprofesional, acercando la organización tanto a los trabajadores del sector como a la sociedad. Los retos por delante son la adaptación del cultivo de limón y pomelo al cambio climático, el problema de disponibilidad de mano de obra, la disponibilidad de agua en cantidad, calidad y coste adecuado, así como garantizar la rentabilidad de todos los eslabones del sector.
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