La incertidumbre por el futuro de Muface: «No sé qué pasará con mi tratamiento en la Unidad del Dolor»

«Estoy esperando a que se aclare la situación para decidir. DKV tiene que seguir prestándome el servicio hasta el 31 de marzo, y por ahora así lo está haciendo. He tenido varias citas médicas y me han atendido sin problemas. Esta misma semana me han mandado una prueba», explica Galera. Como este profesor, 807 mutualistas de la Región de Murcia reciben asistencia sanitaria a través de DKV. Otros 2.771 están cubiertos por Adeslas. La Administración obliga a ambas compañías a mantener el servicio hasta abril, con una prórroga del anterior concierto.

Muface ya ha explicado que abrirá un periodo extraordinario en primavera para que los funcionarios afectados puedan elegir quién les prestará la asistencia a partir de ese momento, suponiendo, claro está, que el concurso no quede desierto y haya dónde elegir. Algunos, como José Juan Galera, esperarán hasta ese momento. Otros, como Consuelo Hernández, profesora de Formación Profesional en el IES Ingeniero de la Cierva de Patiño, han optado por irse directamente este enero a la sanidad pública, aprovechando el periodo ordinario que todos los años abre Muface por estas fechas para la elección de compañía. «En realidad, yo siempre he estado en la pública, pero en 2023 me cambié a DKV por una cuestión puntual. Me tenían que hacer una intervención maxilofacial y el cirujano que me daba más confianza me dijo que me podía operar en esta aseguradora», explica. «La realidad es que finalmente no me cubrieron la operación. Me respondieron que se trataba de una cirugía estética, pero he reclamado porque yo me la hice por un problema funcional. La mandíbula se estaba deteriorando y en La Arrixaca me hubiesen intervenido», se lamenta. Más allá de eso, ya tenía pensado volver al Servicio Murciano de Salud. «Con las aseguradoras tienes menos lista de espera, pero ante cualquier problema grave, obviamente prefiero la pública. Además, el modelo de Muface, que consiste en cubrir con seguros privados a empleados públicos, me parece en realidad incongruente», razona.

Las elevadas demoras en el sistema sanitario son uno de los principales motivos que han llevado a muchos funcionarios a optar tradicionalmente por las aseguradoras. Una maestra de Educación Especial de 60 años que ejerce en Fortuna explica su caso: «Llevo toda la vida en Adeslas, y ahora estoy preocupada. Debido a un accidente de moto que sufrí cuando era joven, de vez en cuando tienen que tratarme en la Unidad del Dolor con infiltraciones en la zona lumbar. Todos sabemos cómo están las unidades del dolor en la sanidad pública, totalmente colapsadas». Si finalmente Asisa se presenta al concurso, se cambiará a esta compañía. Si no es así y el modelo Muface termina desapareciendo, optará por pagarse una póliza privada, explica.

Todo está a día de hoy en el aire, a la espera de que el 27 de enero se cierre el plazo para la presentación de ofertas al concurso de Muface. En la Región de Murcia, la gran mayoría de mutualistas cubiertos por aseguradoras privadas están en Asisa. Son más de 31.000, frente a los cerca de 3.500 que reciben asistencia a través de Adeslas o DKV. Así que la mayoría de funcionarios se mantienen a la espera, a expensas de la decisión de Asisa y de las negociaciones del sector con el Gobierno.

«Hay mucha incertidumbre, agradecemos el esfuerzo de Función Pública, que en su última oferta ha incrementado las primas un 33%, pero luego el Ministerio de Sanidad dice otra cosa. Y queremos ver la letra pequeña, las aseguradoras hablan de pérdidas que no nos terminan de cuadrar», advierte Francisco Puche, responsable regional del sector de la Administración General del Estado en Csif.

Junto a los funcionarios dependientes de la Administración central, la gran mayoría de mutualistas son docentes no universitarios. El sindicato Anpe está recibiendo estos días las inquietudes y quejas de muchos de ellos. «El sentir general es que se está jugando con nuestra salud. Hay mucha intranquilidad», asegura María Dolores Caballero, su secretaria de comunicación.

Lo previsible, dada la situación, es que a lo largo de este mes se pase a la sanidad pública un importante número de funcionarios. Se acelerará así una tendencia que viene de lejos. En 2023 ya había 18.629 mutualistas y beneficiarios en la sanidad pública regional, frente a los 9.267 de 2010. Esto significa que antes de que estallase la crisis del modelo de Muface ya optaban por la pública uno de cada tres mutualistas de la Región.

Diego Reina, profesor en el IES Alfonso X de Murcia, ya optó por la pública cuando consiguió plaza a finales de los años 90, pese a que en aquella época la gran mayoría de docentes prefería a las aseguradoras. «Si caigo enfermo quiero un hospital público, y valoro mucho la cercanía con mi médica de familia, algo que no tienes en la sanidad privada», resume.

Una de las principales preocupaciones es hasta qué punto esa sanidad pública se verá tensionada por la migración de los mutualistas en caso de que el modelo Muface desaparezca. El Ministerio de Sanidad cree que no habrá grandes problemas y promete financiación. La Consejería de Salud augura, sin embargo, más saturación en un contexto de déficit de médicos.