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La familia Carnero Zapata, en su casa de La Azohía (Cartagena), cada uno con uno de sus pasatiempos.
«Lo más importante ahora es mantener la mente activa»

«Lo más importante ahora es mantener la mente activa»

#Yomequedoencasa ·

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Domingo, 29 de marzo 2020, 01:25

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Para Javier, uno de los dos cabeza de la familia Carnero Zapata, el confinamiento que está viviendo estos días en La Azohía con su mujer, sus dos hijos y sus suegros dista mucho del que vivió de pequeño en Argentina, su país natal, por allá por el año 1982. La Guerra de las Malvinas, un conflicto bélico que enfrentó a Argentina y Reino Unido por la disputa de tres islas del Atlántico sur, le pilló de lleno. «Los continuos bombardeos nos obligaban a permanecer en casa sin poder salir. Fue un confinamiento totalmente distinto a este», cuenta este trabajador de Decathlon. Ahora su situación es diferente. Las horas las pasa en paz, pero sobre todo en familia, con el deporte, los juegos y la repostería como principal pasatiempo, porque lo más importante ahora es «mantener la mente activa».

La jornada en esta casa con vistas al mar comienza sobre las ocho y media, con el desayuno. Es la primera reunión en familia. Tras ello, Leo Carnero, de 11 años, y Avril Carnero, de 10, hacen los deberes y estudian lo que les dicen su profesores por internet. Tanto Javier como Teresa, la madre de los dos chicos, traductora jurídica, les ayudan.

Sobre las doce del mediodía, comienza la primera sesión de deporte de la jornada. Entre el salón y el patio montan un circuito de cardio, en el que, junto a los abuelos, José Zapata y Josefa Ruiz, participan los seis. Corren, hacen flexiones, abdominales y otros ejercicios durante una hora. Después y hasta la hora de la comida, a las dos de la tarde, todos tienen tiempo libre.

«El aislamiento es duro, pero agradezco estos momentos que paso con la familia»

Rutina diaria

«Intentamos mantener una rutina diaria. Es bueno para los mayores y para los pequeños», cuenta Javier tras esa sesión deportiva. Después del almuerzo, y tras unos minutos de sobremesa, toca descanso. Es un tiempo que unos aprovechan para un poco de siesta y otros, como Leo y Avril para disfrutar de sus aficiones, jugar a la consola o mirar el móvil.

«Cuando comenzó todo esto, cuando ordenaron el confinamiento en casa, decidimos trasladarnos de Cartagena, donde vivimos, hasta La Azohía. Aquí se nos está haciendo más fácil. En el piso habría sido más complicado», añade el padre.

Tras el momento de descanso comienzan las sesiones de bicicleta estática, en las que también participan los seis miembros de esta familia. Comienzan los abuelos, siguen los niños y terminan los padres.

El deporte es la actividad más importante de esta familia durante su confinamiento, pero también fuera de él. Javier participa en carreras de largas distancias; Teresa hace 'spinning'; Leo juega al fútbol; Avril nada; y los abuelos José y Josefa corren.

Mientras no están en la bicicleta, cada uno se dedica a una tarea diferentes. Sus hijos se entretienen con juegos, sus suegros leen y ven películas y su mujer teletrabaja. Él continúa con el deporte.

Tartas de manzana

Algunas tardes también las dedican a disfrutar de la repostería. En la cocina se divierten haciendo tartas de manzana, galletas y pan. Durante las horas de la tarde, tienen tiempo para jugar al Trivial u otros juegos de mesa, también para terminar los deberes.

Ya por la noche, la cena es otro de los muchos momentos que tienen en familia, como el de después, cuando muchas veces juegan al Pasapalabra. Para Javier, «el confinamiento es duro, pero yo agradezco estos momentos que paso con mi familia. Estamos haciendo cosas que antes nunca teníamos tiempo para hacer».

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