El presidente del Scrats, Lucas Jiménez.

«El ser humano me sorprende siempre»

#CUANDOTODOESTOACABE ·

Lucas Jiménez Vidal, presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats)

Miércoles, 15 de abril 2020, 02:30

Hay frases, expresiones populares, que estos días acentúan su significado. En ellas repara a menudo el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), Lucas Jiménez Vidal. Le vienen a la memoria cuando observa la capacidad de adaptación del ser humano: «Soy de los que en muchas ocasiones ha pronunciado aquello de 'Se me cae el techo encima'; soy incapaz de estar en casa una tarde de fin de semana y ahora los paso totalmente enclaustrado», cuenta «asombrado» por cómo el ser humano es capaz de «modificar su zona de confort».

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Este coronavirus, dice, «ha cambiado totalmente la forma genuinamente mediterránea de relacionarnos: nos saludamos desde la distancia y asistimos a una esquivez social impuesta y autoimpuesta que no va con nuestra naturaleza sureña. Me sorprende que logremos estar dentro de las casas y no en las calles, cuando somos pueblos de calle», señala. Afortunadamente, cuenta, la pandemia «nos ha pillado en una era muy avanzada de revolución comunicativa. Es sencillo ponerse es contacto con los amigos o con los compañeros de trabajo», y esto último también permite «hacer mucha labor por vía telemática».

Adelanta que no le gusta hacer pronósticos, precisamente, porque el ser humano, confiesa, «siempre me sorprende», no obstante, cree que «va a costar trabajo salir y volver a desarrollarnos socialmente como lo hacíamos antes de que llegara a nuestras vidas la pandemia», pero «saldremos de esto, exactamente igual que hemos entrado: adaptándonos». En el terreno económico es consciente de que la actividad «está constreñida» y en el futuro «habrá que trabajar cada uno en su parcela, como hemos hecho siempre, para salir adelante». En el campo, reconoce, toda esta situación «se está viviendo con miedo, pero se está trabajando mucho más que antes porque la demanda es grande. Afortunadamente, el Levante es uno de los principales centros de producción agrícola y ganadera; estamos alimentando a España y a Europa», remarca, al tiempo que lamenta que «nunca se hayan escuchado los micrófonos del mundo agro»: «Desde hace años veníamos avisando de que tenemos una joya importantísima que en cualquier otro país estaría considerada una actividad estratégica. Es relevante que la despensa de España y de Europa esté aquí, y esto, como ya lo fue en la crisis de 2008 en adelante, va a ser fundamental para todo el Levante». Y añade: «Imagínese que al igual que estamos peleando por conseguir mascarillas, tuviéramos que estar pendientes de posibles desabastecimiento en nuestros supermercados».

Desea Lucas Jiménez que esta pandemia, que «se está cebando con la población que más ha padecido» en la Historia reciente del país porque no solo «sufrió la posguerra, sino que tuvo que malvivir para alimentar a sus padres y echar el resto apoyando a sus hijos durante la última crisis», acabe pronto porque «es una sangría horrible», pero también porque fuera del trabajo ya «no hay ocio». Los horarios, dice, «se han disparado».

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