El hormigón 'made in Murcia' que podría salvar vidas
El Centro Tecnológico de la Construcción de la Región desarrolla materiales más resistentes y avanza en el reciclaje de escombros para crear nuevos edificios
Desde que los terremotos de Lorca en 2011 provocaran daños irreparables en 1.800 edificios del municipio, la Región de Murcia se ha volcado en ... el desarrollo de nuevas soluciones constructivas para su aplicación en zonas de riesgo sísmico. Una de las puntas de lanza para la innovación en el sector es el Centro Tecnológico de la Construcción (Ctcon), que lleva años buscando respuestas a los retos que entonces planteó la tragedia. La aplicación de algunos de sus desarrollos podría solventar muchos de los principales problemas que surgen en catástrofes como la de Turquía, como la utilización de nuevos materiales que eviten futuras muertes.
Una de las principales líneas de investigación del Ctcon se ha centrado, precisamente, en el diseño de un hormigón más resistente a la rotura. «Lo creamos junto a una empresa lorquina y permite deformaciones mucho mayores», explica el director del centro, Antonio Trigueros. «Si una estructura con un hormigón convencional, en condiciones de esfuerzos de flexión, puede tener una deformación de en torno a un milímetro, nosotros hemos conseguido elevar el valor hasta 2 centímetros», detalla. «Eso, de cara a un terremoto, puede hacer que la estructura aguante más, reducir las demoliciones y que las reparaciones que haya que hacer en los edificios dañados sean mucho menores».
Renacer de la ruina
Otra de las tecnologías desarrolladas por el Ctcon que podrían resultar de utilidad ante un gran terremoto es el reciclaje de escombros para crear nuevos materiales de construcción. Allí, el colapso de más de 12.000 edificios ha dejado montañas de material que ahora debe ser retirado. Las investigaciones del Ctcon han permitido fabricar hormigones «con porcentajes de material reciclado muy elevados, y sabemos que podemos llegar al 100%», asegura Trigueros. Eso convertiría en un activo lo que hoy es un problema. «Aquí los restos de los edificios caídos los enviamos al vertedero», lamenta. Para la aplicación de este desarrollo, el principal problema se encuentra en las limitaciones normativas. «Solo se permite sustituir con material reciclado un porcentaje que no puede superar al 15% en la fabricación de materiales de construcción», afirma. El equipo de Ctcon trabaja ahora en la mejora de la trazabilidad de los residuos. «Al final, es algo que llega al vertedero desde muchos sitios, con lo cual se hace difícil definir exactamente cuál es la composición, pero estamos realizando avances para darles la mayor homogeneidad posible y poder garantizar su uso», asevera Trigueros.
Por otra parte, el centro regional también cuenta con una investigación dedicada a la construcción mediante impresión 3D, la llamada fabricación aditiva. Para ello, adquirió hace cuatro meses una superimpresora capaz de utilizar cemento o sustitutivos del mismo con los que se pueden llegar a fabricar pequeñas edificaciones con elevada precisión y con un gran ahorro de material y tiempo que podrían servir en casos de catástrofe para la realización de campamentos que den cobijo a los miles de desalojados. «Estamos mejorando los materiales para hacerlos más duraderos, con mayor resistencia y un fraguado más rápido», señala Trigueros. Estas construcciones contarían además con características de resistencia y aislamiento mucho mejores que las que pueden ofrecer las tiendas de campaña utilizadas habitualmente en estas situaciones. «Ya hay equipos de impresión 3D de este tipo que son portátiles y que podrían utilizarse. Permitirían realizar casetas con una planta de hasta 20 metros cuadrados, aunque es una tecnología bastante incipiente», reconoce.
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