Un hombre afronta doce años de prisión por violar y pegar a su expareja en Molina
Según el informe psicológico, la víctima presenta secuelas tras la agresión, tanto afectivas y emocionales como cognitivas y conductuales, así como trastorno de estrés postraumático
Un hombre afronta una petición de 12 años de prisión por violar y agredir a su expareja en la vivienda que compartían en Molina de Segura en diciembre de 2020. Las partes acudieron ayer a la Audiencia Provincial para una vista de conformidad programada, sin embargo, no hubo acuerdo y finalmente el juicio se celebrará en la segunda semana del próximo mes de octubre.
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Los hechos que se juzgan se remontan a la Nochebuena del año 2020, cuando sobre las 1.30 horas, el acusado, de 44 años y nacionalidad española, se encontraba junto a su expareja en un coche y, en el trayecto en dirección a la vivienda que ambos compartían hasta unos días antes, el procesado le llamó en reiteradas ocasiones «puta y zorra», diciéndole «solo sirves para follar».
Una vez que llegaron a la vivienda continuó insultándola, impidiendo que pudiera hacer sus necesidades en el cuarto de baño donde se encontraba, diciéndole: «Las zorras como tú no pueden orinar con la puerta cerrada», según expone el Ministerio Fiscal en su escrito de calificación. Acto seguido, el hombre la penetró en el sofá, a la vez que la golpeaba y le decía que iba a ser «por las buenas o por las malas». Posteriormente, le quitó toda la ropa con violencia, la subió a la habitación y la penetró nuevamente, advirtiéndole de que no vería más a su hijo.
La mujer sufrió lesiones físicas consistentes en un hematoma en una rodilla y en la pierna izquierda. Igualmente, a día de hoy sufre importantes lesiones de carácter psíquico desde el día que sufrió la citada agresión, y está recibiendo asistencia en el Centro de Atención a Víctimas de Violencia de Género de Molina.
Según el informe psicológico, la víctima presenta secuelas tras la agresión de su expareja, tanto afectivas y emocionales como cognitivas y conductuales, así como trastorno de estrés postraumático, «teniendo una puntuación muy elevada en la escala de gravedad de los síntomas, considerando el estrés postraumático crónico».
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Tanto el fiscal como la acusación particular reclaman 11 años de prisión por un delito de violación y otro más por maltrato, y doce años de alejamiento de la mujer a una distancia mínima de 300 metros.
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