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E. R. K.
CARTAGENA
Lunes, 20 de noviembre 2017, 08:14
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Ahmed llegó ayer de Montpellier y permaneció todo el día a cien metros de la puerta del pabellón polideportivo donde cree que puede estar su hijo: Amar Charif, de 26 años de edad. «Me llamó cuando llegó a tierra, aquí, el sábado, y me dijo que estaba bien, que le estaban atendiendo y que ya me llamaría más tarde. No he podido hablar con él y por eso he venido a llevarlo conmigo a Francia», explicó con cara de desaliento. Treinta personas mas de fisonomía árabe formaban ayer pacíficos corrillos en un radio de doscientos metros desde la puerta del pabellón habilitado como centro de internamiento y que custodian decenas de policías nacionales. «Hay muchos como yo que han venido de Francia. Pero ninguno sabe si su hijo o su hermano está ahí dentro. ¿Puedes ayudarnos?», preguntaba finalmente Ahmed.
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