La hija de la mujer asesinada presuntamente por el Margarito: «Nuestra familia está destrozada desde que murió Manuela»

La chica relató que la muerte de Manuela les ha afectado mucho, a ella y a sus dos hermanos menores, hijos de Manuela de padres diferentes. «Estamos todos destrozados, sobre todo mi hermana de 17 años, porque se quedó sin madre siendo pequeña, se quedó sola. Yo tuve que hacer ese papel, pero ella quería a su madre y, a raíz de aquello, se ha vuelto muy rebelde, lo ha llevado muy mal».

Por su parte, el padre de El Margarito contó que era habitual que le llamaran de los bares que frecuentaba su hijo porque «montaba jaleos, molestaba a la gente y me llamaban para que fuera al local y lo calmase». La noche en la que el Margarito y Manuela se vieron también lo llamó una camarera de un local «porque iba bebido. Fui al bar, hablé con él, se calmó y me fui a mi casa».

El progenitor afirmó, a preguntas del fiscal, que su hijo había tenido «problemas» con su exmujer durante el periodo en el que se separaron, aunque dijo desconocer si lo llegó a denunciar por malos tratos y si fue condenado por un delito de violencia de género.

También fue citado como testigo el primo de la mujer, quien aseguró que coincidió en el bar con Manuela y Pedro, que era la primera vez que los veía juntos y que cuando lo vio marcharse juntos no le dio impresión de que estuvieran borrachos, tal y como afirmó el acusado en su testimonio del pasado viernes. Esto fue algo que confirmó el dueño del último local en el que estuvieron, quien dijo que, cuando se marcharon, «iban normal. No vi nada raro de que se fuesen borrachos».

Finalmente, uno de los policías nacionales que acudió al aviso del hallazgo del cuerpo de la vecina de Lorca, de 51 años y limpiadora de profesión, recordó que cuando llegaron al lugar en el que se encontraba el cadáver, vieron que a pocos metros de allí, en la vivienda del Margarito, la luz estaba encendida y la puerta de entrada al domicilio abierta. «En esa puerta de entrada había restos de heces y había una dentadura postiza con restos de sangre. El rastro hacía una pequeña curva hasta donde estaba el cuerpo».

Respecto al estado en el que se encontraba el cadáver, el inspector policial recordó que el forense les indicó unas marcas en el cuello que parecían ahogamiento y que la espalda, cuando se levantó el cadáver, estaba sucia y tenía heridas, «como si lo hubiesen arrastrado por el suelo».

El fiscal pide indemnizaciones para los tres hijos de Manuela Romero, que suman 355.000 euros y otros 100.000 euros distribuidos en distintas cantidades para el resto de familiares. Además, el Margarito se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable, el máximo castigo del Código Penal español.