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La madre y el hermano de Henry, con una foto del chico.
«Quienes estaban con Henry saben más de lo que dicen»

«Quienes estaban con Henry saben más de lo que dicen»

La madre del chico colombiano que desapareció en Nochevieja en Orihuela Costa descarta que se fuera por voluntad propia

R. HERNÁNDEZ

MURCIA.

Domingo, 18 de agosto 2019, 07:48

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Golpes secos como si chocaran unos huesos contra otros. Como si bajo la carne algo se estuviera rompiendo. La disputa duró varios minutos y a Henry lo dejaron tiritando y roto en la calle. El compañero de piso le atizó tantas veces y tan fuerte en la cabeza que se dislocó el hombro del brazo con el que le apaleó. Mientras estaba en la acera a las cuatro de la madrugada, el resto de amigos lo grabaron con el móvil y en el vídeo, de menos de un minuto, se le ve herido, con la voz rota, llamando a su madre. Al poco, se levantó, comenzó a andar, dobló la esquina, y desapareció. Hasta hoy.

Henry, de 20 años y de origen colombiano, trabajó esa noche del 31 de diciembre de 2018 en el restaurante de unos amigos de la familia. Cuando salió, fue a un supermercado para comprar pizzas para cenar con el resto de amigos con los que iba a pasar la Nochevieja en su piso de la calle Félix de la localidad de Orihuela Costa. Cuatro de ellos lo recogieron y se fueron a la casa. Allí les esperaban otros tres compañeros. Cenaron, bebieron y algunos tomaron LID (dietilamida de ácido lisérgico, una droga que produce efectos psicológicos como alucinaciones). «Pero a las cuatro de la madrugada, el chico con el que convivía le empezó a pegar. El resto asegura que mi hijo le dijo: 'Esto no se quedará así, lo voy a denunciar', mientras el otro le golpeaba. Creo que le quiso cerrar la boca. Y nadie intervino, no los separaron. Sus supuestos amigos se dedicaron a grabarlo con el móvil en vez de ayudarle cuando estaba malherido en la calle. Todos ellos saben más cosas de las que han declarado», denuncia Gina Marín, la madre del joven de 20 años que desapareció esa madrugada de Año Nuevo.

Vivió en Murcia once años

Henry vivió en Murcia hasta los 16 años. Estudio en el colegio de Santa María de Gracia y en el instituto Juan Carlos I. Quería formarse en Derecho. Abandonó la ciudad cuando su madre tuvo que trasladarse por trabajo a Orihuela. Vivió primero con su progenitora, que ahora dirige una peluquería en la localidad. «Entre Henry y su hermano me reformaron todo el local». Pero al poco, se trasladó a un piso cercano a la casa materna. Esa vivienda la compartían inicialmente tres amigos islandeses, pero uno de ellos apareció muerto en la cama por una sobredosis. Tras el suceso, uno de ellos decidió regresar a su país y Henry se mudó con el tercero. «Es islandés pero de origen venezolano. En ese momento se llevaban muy bien y no quería que estuviera solo, y porque, según me dijo, se había quemado las manos y no podía valerse por sí mismo, y quería ayudarle. Henry era un chico bueno, familiar, siempre estaba jugando con su hermana pequeña, y salía con su hermano a ver los partidos de fútbol. Él era del Barcelona y Andrés, del Real Madrid. Tenían sus piques futboleros, y eran uña y carne. A mí me ayudaba en la peluquería, y hacía de traductor con las clientas extranjeras. Me llamaba todos los días hasta siete veces».

Por eso Gina, descarta que se fuera por voluntad propia y comenzó a inquietarse cuando durante todo ese día su hijo no le llamó. Su móvil estaba apagado. Y a partir de ese momento se desató el tormentoso rastreo.

Amplio despliegue

Participaron hasta 300 personas durante varios días entre efectivos de emergencias de varias localidades cercanas, voluntarios de Protección Civil, guardias civiles, buzos, un helicóptero, vecinos, amigos y familiares. Casas abandonadas, montes, pozos, playas, hospitales, naves. Por cielo, tierra y mar. Se peinó todo. «Aún salgo por la noche a mirar en sitios a los que no hemos ido. Y hay veces que creo verle. Un día vino un chico joven para hacerse un tratamiento estético. Cuando se tumbó en la camilla, vi a mi hijo. Alto, con su pelo rizado, su media barba, el mismo cuerpo. Me puse tan mal que tuve que salir de allí», rememora.

La Guardia Civil continúa con la investigación que se encuentra bajo secreto de sumario y que ha sido ampliada recientemente por un periodo de otro mes.

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