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No me gusta cómo caza la perra

La desafección, la aparición de Vox y el insoportable y eterno asunto de Cataluña están provocando que esa derecha moderada que tanto necesitamos mire cada vez más hacia el extremo

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Sábado, 13 de octubre 2018, 08:44

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Pues eso, que no me gusta cómo se presenta el panorama. Ni en España, ni en Europa, ni a nivel mundial. Parece mentira que con lo que ya vivimos aquí –y en el mundo– por culpa del fascismo, existan todavía ciudadanos que entren al trapo y le compren el producto a estos partidos populistas y de muy extrema derecha que están surgiendo como hongos en el viejo continente. A mi modo de ver, aquí, en España, hay dos factores que están haciendo crecer a la ultraderecha más si cabe: nuestra clase política y los independentistas catalanes.

Descontento. Es evidente que los populismos crecen cuando hay sectores de la población anclados en el descontento. La acción de gobierno del PP ha acentuado las diferencias entres los ricos y los pobres, en Murcia aún más. Gracias al capitalismo de amiguetes de esta gente, la clase media ha ido desapareciendo a la vez que surgía el descontento. Nuestros políticos no están a la altura y crean sin darse cuenta el microclima necesario para que crezca la extrema derecha. Cuando ese sector autóctono empobrecido ve que los inmigrantes tienen un buen nivel de atención social y ayudas, y ellos no, se cabrean y esperan como agua de mayo al Mesías que los rescate de esa situación. Esa masa obrera, blanca y pobre ( aunque parezca mentira) es la que otorgó la presidencia de Estados Unidos a Trump, y es la que se siente amenazada por el fenómeno migratorio y por la preocupante bajada de su nivel de vida tras la crisis. Lo que está haciendo Vox y la extrema derecha europea es muy fácil y se ha hecho en otras épocas de la historia. Y ojo, siempre funciona porque hay políticos cómodos, corruptos y acomodaticios que generan el medio de cultivo idóneo para que crezcan los partidos de corte populista y nacionalista.

Los 'indepes'. Si ya de por sí es preocupante lo que ocurre a nuestro alrededor: léase la reunión de malvados Le Pen-Salvini, lo de Bolsonaro en Brasil, lo que ocurre en Polonia y Hungría, o lo de Trump en USA, en España hemos de añadir un factor determinante que está empujando al común a acabar votando a partidos de corte ultraderechista. El fenómeno coñazo, insufrible y pseudoparanoico de los 'indepes' hace que resurja en un gran sector de la población el sentimiento patrio, y es lógico. Si vives en Cataluña y estos tíos te tienen machacado, es lógico que veas como agua de mayo a un partido que te habla de España, del orgullo de ser español y que promete defenderte frente al nacionalismo supremacista que lleva años jodiéndote la vida y tratándote como una mierda. Y perdonen el lenguaje, pero es así.

La historia. Y siento mucho recurrir a ese topicazo de que es indispensable conocer la historia para evitar cometer los mismos errores, pero es que es cierto. Me da la sensación de que un amplio sector de la sociedad española ha olvidado nuestra historia reciente y la de Europa, también. Los que tienen mejor memoria ven venir a esta gente, pero de lejos, y su mente evoca imágenes de gran dureza y triste recuerdo. Vox insiste por activa y por pasiva en que no son extrema derecha. Esto tampoco es nuevo, el lobo con la piel de cordero, el rostro amable hasta que me hago con el poder y luego haré pasar por el tubo a los que discrepen. Les guste más o menos a los amigos de Vox, no hay nada a su derecha. Así que están al extremo de la derecha española. Y añado, si no quieres que te tilden de partido de extrema derecha pues no propongas medidas de extrema derecha. Es así de fácil. Por si todo esto fuera poco, la desafección, la aparición de Vox y el insoportable y eterno asunto de Cataluña están provocando que esa derecha moderada que tanto necesitamos mire cada vez más hacia el extremo. Ya no distingo a Albert Casado de Pablo Rivera, empeñados ambos en ir a la derecha de la derecha. Los neorrancios han triunfado en el PP ( de momento), tíos jóvenes, con doble moral, pero que públicamente están obsesionados con temas como la igualdad, el aborto o los gais. ¿De dónde sale esta gente? A tiempo están, queridos votantes de derechas, para evitar despertar al monstruo. Ustedes son quienes, con su voto, pueden hacer que naranjitos y peperos, sin perder el sentido común, viren al centro y evitemos que lleguen las madres mías. Porque a mí, no me gusta cómo caza la perra.

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