Gestos que rompen la barrera del sonido

Para Francisco José Quereda, comunicarse a través de las manos es algo habitual que lleva haciendo toda su vida. Aunque no nació sin audición, «cuando tenía nueve meses me pusieron un antibiótico para una fiebre alta que contenía penicilina y estrectomicina y debido a esto perdí la audición, por lo que yo realmente he crecido sin escuchar nada», una realidad que le ha obligado a desenvolverse «de una forma intuitiva y visual», confiesa.

La discapacidad de Quereda es el hilo conductor que unió su historia con la Federación de Personas Sordas de la Región de Murcia (Fersormu), una entidad que nació en 1994 y en la que están incluidas las asociaciones de personas sordas de Murcia y Cartagena. Declarada de Utilidad Pública en 2016, cuenta con más de 100 socios con distinto grado de pérdida auditiva, aunque presta servicio a cualquier persona con esta discapacidad sea o no miembro. «Atendemos a todo el mundo, independientemente de su situación individual o familiar. El año pasado ayudamos a más de 300 personas», recalca su presidente, Francisco Jesús Pérez. Así, Fersormu da apoyo a este colectivo e intenta conseguir su plena inclusión a través de la defensa de sus derechos y la prestación de servicios enfocados a suplir sus barreras de comunicación, favorecer su autonomía personal y promocionar a la comunidad sorda.

La comunicación es, precisamente, uno de los problemas principales de este colectivo. La accesibilidad total es todavía una utopía por la que Fersormu sigue luchando. «Hay muchas barreras de comunicación y no hay acceso a la información, solo de forma visual», destaca Pérez, una opinión que comparte Quereda, quien hace hincapié en la falta de «intérpretes en lengua de signos, información subtitulada y servicios adaptados de manera visual, por ejemplo en estaciones de trenes o autobuses. Lo necesitamos para suprimir las barreras de comunicación que nos encontramos». Por su parte, Mar Gómez, agente de desarrollo de Fersormu, reclama «que todos los servicios sean accesibles al 100%, porque aunque hay una ligera mejoría, aún hay mucho trabajo por hacer. Necesitamos que haya un intérprete en cualquier ámbito».

Precisamente, con el objetivo de suprimir esas barreras presentes en multitud de escenarios diarios, Fersormu fomenta el aprendizaje de la lengua de signos a través de cursos de formación y ofrece la ayuda de intérpretes que permiten a estos ciudadanos el acceso a bienes y servicios en ámbitos tan variados como el de la sanidad, el jurídico, el social y el educativo, entre otros. El éxito de este apoyo es una realidad que se hace patente en las cifras. En 2019, la entidad realizó cerca de 2.000 servicios en toda la Región de Murcia.

Además de sus propias iniciativas, Fersormu también está implicada en otros proyectos con los que ofrece ayuda a personas sordas en situaciones de vulnerabilidad. En este sentido, la entidad participa en un proyecto a nivel nacional de apoyo a personas reclusas sordas, a las que les presta servicio de intérprete y les ayuda ante cualquier barrera de comunicación que se puedan encontrar en prisión.

Por otro lado, también forma parte de la Plataforma Alba, un espacio de información y asesoramiento para mujeres víctimas de violencia de género creado en 2017 por la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE). Esta iniciativa tiene un carácter nacional y se fundó «para poder cubrir la desinformación y la desatención que ya sufrimos de base por las barreras de comunicació n y que es doble al ser mujer y sorda», indica Gómez. El proyecto, que cuenta con asociaciones colaboradoras en toda España, «es un servicio de atención en lengua de signos y también por escrito para mujeres que puedan necesitar una salida a la violencia de género y está formado por un equipo de trabajo conformado por mediadoras, psicólogas e intérpretes», apostilla.

La dificultad para comunicarse y para realizar tareas que a otros parecerían muy sencillas es algo de lo que no se es consciente si no se vive en primera persona. Por ello, Fersormu tiene entre sus objetivos fundamentales crear campañas de sensibilización que pongan de relieve estas barreras que las personas con hipoacusia viven a diario y que no son perceptibles para el resto.

En este sentido, la entidad acude a centros educativos y realiza distintas iniciativas con las que pone en valor a este colectivo. Tal y como hace hincapié Gómez, estas campañas son «fundamentales para favorecer el acercamiento entre la comunidad sorda y la sociedad que sí es oyente. Nos permite mostrar nuestra realidad de primera mano, nos visibiliza y nos ayuda a diseñar conjuntamente el camino hacia la inclusión y hacia la participación real en la sociedad».