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Banco de libros del colegio Nuestra Señora de Los Ángeles de la pedanía de El Esparragal, en Murcia. Javier carrión / AGM
Los flecos y lagunas de la nueva ley de libros de texto complican su aplicación

Los flecos y lagunas de la nueva ley de libros de texto complican su aplicación

Los inconvenientes de la norma, que Educación remitirá a la Asamblea Regional para que se modifiquen, indignan a familias, directores y libreros

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Lunes, 11 de junio 2018, 07:14

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Las lagunas y trabas administrativas y burocráticas que está planteando la aplicación del nuevo sistema de ayudas a la compra de libros de texto, que este año convivirá con el tradicional modelo de becas, han llevado estos días la indignación y el desconcierto a colegios e institutos, que tratan de solventar los flecos e inconvenientes que están encontrando en el camino. El sistema se aplica este año por primera vez, y la premura en las fechas (la ley se aprobó en la Asamblea a final de marzo, y las instrucciones en mayo) se ha convertido en una fuente de problemas para los directores de los centros, familias y libreros. También para la Consejería de Educación, que ha de salvar decenas de escollos con el apoyo de los servicios jurídicos por su empeño en ponerla en marcha este año, y no esperar al siguiente, como ha hecho la Comunidad de Madrid. «Decidimos seguir adelante porque la ley tiene un alcance máximo y beneficia a todas las familias. El beneficio es mayor que los inconvenientes que se puedan plantear este año, y que estamos resolviendo», defendió la directora general de Centros Educativos, Remedios Lajara. De hecho, la propia Consejería remitirá las lagunas detectadas a la Asamblea para que sean tenidas en cuenta para una posible reparación.

El primer escollo de la norma, que prevé que en cuatro años todos los alumnos de Primaria y ESO tengan acceso a los manuales gratuitos a través de los bancos de libros, lo ha generado la selección de los cursos donde se implantará el sistema este año, que desacoplan el calendario previsto por la Lomce. Las ayudas para la compra de libros, limitadas a 150 euros por familia, las estrenan este año 42.412 estudiantes de tercero y cuarto curso de Primaria, todos los escolares de educación especial y aulas abiertas, y los de primer y segundo curso de Formación Profesional Básica. El resto de estudiantes que quedan de momento fuera del nuevo sistema sí tendrán acceso a las becas convencionales, que se reparten en función de la renta.

El problema radica en que los libros de texto, por ley, pueden cambiar cada cinco años. Los de tercero de Primaria vencían este año, pero los de cuarto, de acuerdo al calendario fijado por la Lomce, debían ser sustituidos en el curso 2019-2020. Así, los estudiantes de cuarto de Primaria tendrán el próximo curso sus libros gratuitos, pero esos manuales no podrán ser reutilizados al año siguiente si las editoriales los modifican, como han hecho hasta ahora. «El desajuste es grave; supone una inversión importante que puede terminar el basura el año que viene», denunció la presidenta de la Asociación de Directores de Colegios de Primaria, Mariola Sanz.

Los centros grandes no pueden superar un gasto de 15.000 euros, y deben guardar dinero para el año próximo

Los colegios que trabajan sin libros no pueden gastar la asignación en material no reutilizable

El segundo escollo radica en que la ley no recoge de manera expresa la opción de que el dinero que corresponde a cada alumno para la compra de sus libros se gaste en otros materiales, en el caso de los escolares matriculados en centros que utilizan otros métodos de enseñanza innovadores (por proyectos, algoritmo ABN...), y no usan manuales. «La ley solo permite comprar material reutilizable. Se pueden adquirir elementos como libros de lectura o regletas, pero no pagar fotocopias o cuadernillos», admite Lajara, quien considera básico que la norma incluya también material no reutilizable «porque desde Educación estamos promoviendo la innovación en nuestros colegios, y no tiene sentido que se puedan ver penalizados». Tampoco permite la ley de forma expresa que el dinero se destine a la compra de licencias de libros digitales, que la Consejería está promoviendo también.

La normativa sí es taxativa al marcar la incompatibilidad con otras ayudas, lo que podría perjudicar a los alumnos con necesidades especiales. Estos escolares reciben en la actualidad 105 euros anuales del Ministerio, que dejarían de percibir si hacen uso de la ayuda para la compra de libros y el error no se subsana.

La ley de libros de texto ha encontrado otra traba de peso en la ley de contratos del sector público, que entró en vigor en marzo, casi a la vez. Esa norma estatal limita a 14.999 euros (más IVA) el tope de dinero que puede gastar un colegio, como centro público que es, en una compra. Sin embargo, las escuelas con tres o cuatro líneas por nivel (entre 75 y 100 escolares por curso) superan esa cantidad, pero no podrán gastar el total porque incumplirían la norma. Aunque en principio se barajó la opción de que fueran los padres personalmente quienes compraran los manuales, finalmente se ha decidido que los centros afectados (unos 60) guarden el dinero para el próximo curso, cuando el sistema de reparto será otro que esquivará la limitación.

«Los alumnos de FP Básica no utilizan libros, y los docentes no saben qué uso pueden darle a la asignación que les corresponde de 100 euros»

Raimundo de los Reyes | Asociación de Directivos de Enseñanza Secundaria

«La norma tendría que haber tenido en cuenta el calendario de cambio de libros, que puede ocasionar problemas el curso próximo»

Mariola Sanz |Asociación de Directores de Colegios de Primaria

«Era peor que los niños sin recursos no pudieran comprar los libros, pero quedan flecos importantes por arreglar para que funcione bien»

Francisca López | Presidenta de la Federación de Padres

«Vamos a denunciar la ley en los tribunales porque en esas condiciones no podemos competir. Acaban con las librerías de barrio»

Manuel García Elbal | Presidente de la Asociación de Librerías

«La ley tiene un alcance máximo porque beneficia a todos los alumnos, y estamos resolviendo todas las lagunas»

Remedios Lajara | Directora general de Centros Educativos

Los colegios se han encontrado además con la complicación añadida de que, en la inmensa mayoría de los casos, no cuentan con personal administrativo que les eche una mano en todas las gestiones que deben realizar, ya que son los equipos directivos quienes tienen que encargarse de la selección, compra y reparto de libros. La normativa aprobada en la Asamblea marcaba que los docentes que se encargaran de ese trabajo fueran recompensados con horas lectivas, pero la Consejería de Educación tampoco está conforme con ese punto, y prefiere que los centros sean compensados con una asignación económica, que en Madrid se ha fijado en 2.700 euros.

La cantidad por alumno fijada por la ley no contenta tampoco a los centros educativos ni libreros. La normativa marca el límite en 150 euros por alumno, pero ese tope, que debería cubrir los manuales de las asignaturas troncales, condiciona el proceso. «Se hacen ofertas a los centros por llevarse todos los libros de una misma editorial, en lugar de seleccionar para cada materia el que de verdad consideran más apropiado. Además, les ofrecen los lotes a precio de cesión, que es el que nos ponen a nosotros. Con la diferencia es como pagamos los sueldos, la seguridad social... Así es imposible que las librerías obtengan un margen para sobrevivir», denunció ayer el presidente de la Asociación de Librerías de la Región de Murcia, Manuel García Elbal, quien advirtió de que la ley, que piensan recurrir en los juzgados, abocará al cierre a muchas de las 300 librerías que han sobrevivido en la última década, en la que han cerrado más de un tercio de las que funcionaban a comienzos del año 2000.

Cheque libro para el curso próximo

La Consejería de Educación confía en que, solventados los errores detectados, el próximo curso la aplicación sea sencilla. Entre otras razones, porque proyecta establecer un sistema de cheque libro con el que los padres a los que les corresponda la ayuda la obtengan.

El calendario de aplicación de la Ley de Gratuidad de Libros de Texto prevé que todos los estudiantes de enseñanzas obligatorias tengan acceso al material sin coste para sus familias en el curso 2021-2022. La aplicación es progresiva: el próximo año les corresponde a los alumnos de tercero y cuarto de Primaria y a los de FP Básica. En 2019 se sumarán los de quinto y sexto de los colegios y los de primero de la ESO. En 2020 se incorporarán los estudiantes de segundo y tercero de Secundaria y los de primero de Primaria. Al año siguiente, el modelo de préstamo de libros alcanzará a los de cuarto de Secundaria y segundo de Primaria, contemplando así todos los cursos y niveles de educación obligatoria. A partir de entonces, el dinero se dedicará a ir reponiendo el material ya amortizado. Los libros, que son propiedad de la Consejería de Educación, que a su vez los cede a los colegios, deben durar cuatro años.

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