
«Mi felicidad ya no me la va a devolver nadie»
El SMS indemnizará con medio millón de euros a Óscar Sánchez, un hombre que sufrió graves daños neurológicos a raíz de un baipás gástrico
Javier Pérez Parra y S. NAVARRO
Jueves, 31 de enero 2019, 02:05
Óscar Sánchez era panadero en Patiño. «Trabajaba de noche y vivía de día. Era feliz», recuerda. Padecía, sin embargo, una obesidad mórbida que hacía recomendable su paso por el quirófano. Fue derivado a la Unidad de Cirugía Bariátrica del Hospital Reina Sofía, donde fue intervenido el 18 de junio de 2013. Tenía entonces 35 años. Se sometió a un baipás gástrico laparoscópico, una operación que consiste en conectar el estómago -que queda reducido- directamente con el intestino delgado. De esta manera, el alimento se salta parte de su recorrido por el sistema digestivo, con lo que se reduce la absorción calórica.
Todo pareció salir bien, pero Óscar no terminaba de recuperarse. Dos meses después de la intervención, el 16 de agosto, acudió a Urgencias con un cuadro de náuseas y vómitos, según relata Ignacio Martínez, el abogado de la Asociación Defensor del Paciente que ha representado a la familia ante los tribunales. Óscar volvió a su casa con indicación de que «tomase lo que tolerara» pese a que apenas era capaz de beber líquido, una actuación tachada de «negligente» por el perito judicial que ha analizado el caso para el Juzgado de primera instancia número 3 de Majadahonda, encargado de tramitar la demanda al estar ubicada en la Comunidad de Madrid la sede social de Mapfre, la aseguradora del SMS.
El 22 de agosto, el paciente regresó a Urgencias y, entonces sí, fue ingresado. Se sospechó que padecía una estenosis en el baipás realizado, una complicación que, por otra parte, entra dentro de las posibles en este tipo de cirugía. El 26 de agosto, Óscar se sometió a una intervención de dilatación endoscópica para tratar de revertir la estenosis, tras lo que fue trasladado a planta.
Pero siguió empeorando progresivamente. El 9 de septiembre fue derivado a Neurología, donde se informó de «hallazgos congruentes con la existencia de polineuropatía sensitivomotora». El 30 de septiembre, los facultativos refirieron «cierto grado de encefalopatía, bradicardia y alteración de la memoria reciente, así como hipoxia e hipocapnia». Tras un electroencefalograma se observó «actividad bioeléctrica anormal, sin reactividad a la apertura ni cierre oculares». Los médicos «sospecharon que el problema era un cuadro carencial, por lo que se procedió a suministrar al paciente vitaminas y oligoelementos intravenosos», señala la Asociación Defensor del Paciente.
Óscar salvó la vida, pero salió de la UCI con una grave discapacidad. «Lo que me devolvieron fue un trapo, no a mi hijo», se queja amargamente su madre, María del Carmen Ibáñez. Sin movilidad en piernas ni manos, con lagunas de memoria, sin poder siquiera comer por sí solo. En febrero de 2014 ingresó en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, pero al poco regresó a la Región y empezó a someterse a rehabilitación en el centro Integra, dirigido a afectados por daño cerebral. Afortunadamente, las sesiones han dado resultado y hoy ya puede comer y caminar algunos pasos, aunque con ayuda de andador. «Pero para ducharse hay que ayudarle, y también para levantarlo y acostarlo».
Óscar vive ahora en casa de sus padres, en Torreagüera, y cobra una pensión, pero la familia ha pasado por serios apuros. Mari Carmen tuvo que dejar su trabajo como empleada del hogar para poder atenderle. El padre, Salvador, es podador jubilado, y percibe también una pequeña pensión. Ahora tendrán un respiro gracias a la indemnización de 500.000 euros que recibirán tras haber llegado a un acuerdo con el SMS. De esta forma se pone fin a la demanda. «Es una ayuda, pero la felicidad no me la va a devolver nadie», se lamenta Óscar. El SMS declinó ayer hacer declaraciones por respeto a las actuaciones judiciales.
«Hubo actuación negligente»
El perito judicial que analizó el caso para el juzgado de instrucción determinó que «se actuó de forma negligente». El experto cuestiona que, en los dos meses tras la intervención, el paciente solo fuese visto por el cirujano a los diez días, y señala que tras su ingreso hospitalario «no se sospechó en ningún momento que se tratase de un déficit de tiamina (vitamina B1)» como consecuencia de la estenosis. «No es aceptable, según el estado de los conocimientos, que en una Unidad de Cirugía Bariátrica se desconozca esta eventualidad», advierte el perito. Hubo actuación «negligente» ya que «a pesar de no obtenerse mejoría, transcurrieron veinte días sin que se planteara una alternativa diagnóstica y terapéutica».
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