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Nicolás Maurandi, en una entrevista concedida a LA VERDAD en 2012. m. bueso
Fallece el magistrado Nicolás Maurandi a los 71 años

Fallece el magistrado Nicolás Maurandi a los 71 años

Criado en Lorca, era presidente de la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo

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Lunes, 8 de marzo 2021, 15:46

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El Tribunal Supremo despidió este lunes a uno de sus miembros más históricos. El magistrado Nicolás Antonio Maurandi Guillén falleció en Madrid a los 71 años. Nacido en la localidad alicantina de Villena, estaba estrechamente ligado a Murcia, donde creció y se formó como jurista y donde conservaba sus raíces familiares. Presidente de la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo -donde ingresó en el año 1999-, era uno de sus miembros más longevos. Sus restos mortales serán trasladados a Alicante.

Criado en Lorca desde que tenía seis años, Maurandi se desplazó a los 19 años a Murcia para continuar su formación. Licenciado en Derecho por la Universidad de Murcia, ingresó en la carrera judicial en 1977, al mismo tiempo que en el cuerpo de secretarios judiciales. Esta última oposición la preparó, codo con codo, con su padre, quien era juez municipal. En 1980, Maurandi accedió al cuerpo de Magistrados de Trabajo y en 1988 superó las oposiciones de juez especialista de lo contencioso-administrativo.

Ese año se convirtió en magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Territorial de Albacete, para servir más tarde en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Murcia. En 1999 fue nombrado magistrado de la Sala Tercera del Tribunal Supremo. Previamente había pasado por juzgados de San Sebastián de la Gomera, Mula, Barcelona y Alicante.

En 2008 estuvo cerca de ingresar en el Tribunal Constitucional. Fue propuesto sin éxito por la Asamblea Regional de Murcia. Fue profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Murcia -desde 1988 hasta 1999- y era académico de número de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de Murcia.

Uno de los más críticos

En el año 2012 le concedieron la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort que recibió en Madrid de manos del entonces presidente del Alto Tribunal, Carlos Dívar.

A lo largo de décadas de trabajo en la judicatura Maurandi estampó su firma en numerosas sentencias. Una de las más relevantes fue la que avaló el criterio del Consejo General del poder Judicial (CGPJ) para considerar un mérito que un juez hablase la lengua del territorio donde iba a ejercer. También fue sonada su resolución sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía.

En los últimos años fue uno de los magistrados más críticos con la gestión del Pleno que cambió la jurisprudencia del impuesto hipotecario. Él apostó por que el citado impuesto corriese a cuenta del banco y no del cliente. La confianza en la Justicia, advirtió, «queda gravemente quebrantada si, después de un cambio jurisprudencial extensamente argumentado, el más alto órgano jurisdiccional del Estado lo deja sin efecto».

En una entrevista concedida a LA VERDAD hace unos años perfiló su ideal de cómo debería ser elegida la cúpula judicial. «Me gustaría que la selección de los candidatos estuviera lo más lejana posible de lo que podemos llamar el circuito de partidos políticos», remarcó.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia, Pasqual del Riquelme, quiso expresar su «profundo pesar» por la pérdida de Maurandi. Destacó «su extraordinaria trayectoria profesional y enorme talla jurídica» y el hecho de «que no olvidó nunca los lazos con esta Comunidad, haciendo gala de ella cuando tenía oportunidad».

Juan Martínez Moya, vocal del CGPJ y expresidente del TSJ de Murcia, señaló que Maurandi «era un juez muy vocacional. Un juez que sabía combinar muy bien la técnica del Derecho (que dominaba a la perfección) y la claridad del lenguaje empleado en sus sentencias para hacerlas comprensibles». Señaló, además, que «a él le debemos en buena parte la construcción de la doctrina judicial sobre el estatuto judicial».

Padre de dos hijos, Maurandi se consideraba lorquino, villenero y murciano, a partes más o menos iguales, tal y como reconoció en una entrevista con este diario. Se definió, más concretamente, como «un levantino enamorado del azul brillante del cielo». No es mal epitafio.

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