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Juan José Ruiz Abellán saca partido a uno de sus amplificadores artesanales. LV
«Fabricamos amplificadores de 'boutique', a gusto del músico»

«Fabricamos amplificadores de 'boutique', a gusto del músico»

Juan José Ruiz Abellán. Fundador de Cowface

MINERVA PIÑERO

Lunes, 15 de enero 2018, 08:07

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Aprendió a soldar antes que a hablar. De la mano de su padre, quien le enseñó el oficio de mecánico entre motores, Juan José Ruiz Abellán descubrió la profesión a la que dedicaría más de cuatro décadas de su vida. Formado en el área de la electrónica, recuerda cómo transformaba antiguas radios en amplificadores artesanos para dar sonido a los grupos de música que formaba de manera improvisada con sus compañeros de la infancia, cuando solo tenía diez años. Desde el taller en el que trabaja reparando artículos electrónicos, situado en Caravaca de la Cruz, arregla y diseña amplificadores al estilo de la vieja escuela para artistas locales e internacionales. Mientras fantasea con ese día en que la tienda 'online' donde vende sus productos se convierta en una tienda de las de toda la vida.

-¿Cuántos años debe durar un amplificador?

-Bien fabricado, debería ser para siempre. Algunos clientes me han traído amplificadores para revisar su funcionamiento que superaban los cincuenta años y que estaban en perfectas condiciones. Recuerdo un aparato que había sido comprado hacía ochenta años.

-¿Qué tienen de especial los aparatos de Cowface?

-Que están hechos manualmente. Además, los materiales que se utilizan son de buena calidad. Actualmente, creo que los amplificadores que se suelen vender se fabrican con componentes que no dan la talla, como pasa con las televisiones. Las antiguas duraban muchísimo tiempo y las modernas casi nada. Para que las ventas sean más frecuentes, se venden productos de mala calidad.

-¿Cómo los fabrica?

-Los componentes se sueldan punto a punto, como los primeros que se fabricaban. Se hace el mueble, se tapiza al gusto del comprador, se fabrica la parte electrónica y se realiza la prueba de sonido. En cierto modo, son amplificadores de 'boutique', elaborados a gusto del músico. Todo el proceso de fabricación es artesanal, con materiales de primera calidad. Mientras, las marcas comerciales los producen en serie, con máquinas.

-¿Cuánto tiempo se tarda?

-Artesanalmente, entre 120 y 150 horas, un tiempo que se traduce en uno o dos meses. Depende del tamaño del amplificador.

-¿Dónde nació la marca?

-En Caravaca, donde trabajo en un taller de electrónica. Cuando mi hijo empezó a tocar la guitarra, le fabriqué uno personalizado y, raíz de esta experiencia, empecé a producir más amplificadores en mi tiempo libre. Un día se presentó el guitarrista Santiago Campillo en el taller, me pidió que le hiciese uno y empezamos a pensar en un nombre para la marca. Como el local está en Caravaca, se nos ocurrió que el nombre de esta ciudad no quedaría mal en inglés. Realmente, el nombre lo propuso Santiago.

-¿Qué otros guitarristas acuden a su negocio?

-Varios músicos de la escena murciana y algunos que vienen de sitios más lejanos. Casi todos son guitarristas profesionales que saben el tipo de sonido que quieren. Miguel Bañón, Ovidio López, el guitarrista de Andrés Suárez, el tejano Buddy Whittington, el guitarrista de John Mayal... Además, tengo clientes que me mandan sus amplificadores para repararlos desde ciudades como Madrid y Jaén, por ejemplo.

-Y usted, ¿cuándo tuvo su primer amplificador?

-Aunque me gusta tocar la guitarra y en mi casa siempre hemos tenido muchos instrumentos, yo siempre me he inclinado por la música española y acústica. La eléctrica me gusta escucharla, pero eso se lo dejo a mi hijo, quien me ayuda a realizar las pruebas de sonido y quien pone el oído. Por ello, tocaba con estos aparatos cuando era pequeño, en las bandas de música que organizábamos los amigos.

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