El expresidente del PP en El Raal intenta anular la grabación de la presunta compra de votos
Ramón Andrés Abellán declara como investigado y rechaza que 'enchufara' a un joven en una firma concesionaria a cambio de apoyo electoral
Ramón Andrés Abellán, expresidente del PP en la pedanía murciana de El Raal, a quien se investiga por la presunta compra de votos para su ... partido a cambio de puestos de trabajo, demostró ayer que conoce perfectamente que buena parte del futuro de esas diligencias depende de una grabación. En ese registro digital se le oye admitir, presuntamente, que había metido a un joven «a trabajar por política y tiene que cumplir», además de advertir de que ya hubo quien no cumplió con el trato y acabó pagándolo: «Se fue de nosotros y aunque había firmado la renovación, me lo cargué».
La grabación la hizo el padre del chico supuestamente amenazado con el despido por el líder del PP, quien en apariencia acabó cumpliendo con su palabra porque el aludido perdió poco después su puesto de trabajo.
Ahora, ese documento sonoro se ha convertido en la principal prueba de cargo contra el exdirigente popular, lo cual explica que este se negara ayer a responder acerca de cualquier cuestión referida a esa grabación.
«Ni hice que lo contrataran, ni luego lo coaccioné ni lo amenacé», vino a decir del joven que lo ha denunciado
Abellán, quien compareció en el juzgado en calidad de investigado por un delito electoral, se acogió a su derecho a guardar silencio cada vez que el fiscal le preguntó por la conversación con el padre del joven despedido. Y sus abogados protestaron con vehemencia cuando el fiscal pidió que se reprodujera la grabación íntegra, ya que afirman que esa prueba es nula.
Al margen de ello, Abellán se limitó a señalar que era amigo del hoy denunciante y que jamás hizo gestión alguna para conseguirle un puesto de trabajo, a lo que añadió que ni siquiera conocía a nadie en la empresa concesionaria del Ayuntamiento que le hizo el contrato.
Igualmente, rechazó haber coaccionado al joven con forzar su despido si no se empadronaba en El Raal y le aseguraba su voto en las elecciones. Pese a esa supuesta nula intervención, el exlíder del PP admitió que su entonces amigo le reprochó que le hubieran despedido y le dijo que no quería volver a saber nada de él. Una circunstancia que no pasó desapercibida para el fiscal, que le preguntó cómo era posible que el chico le culpara si nada había hecho al respecto. «Lo desconozco», fue su respuesta.
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