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Alumnos del grado de Maestro de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia, en una clase esta semana. Vicente Vicéns / AGM
Examen al examinador

Examen al examinador

La implantación de un modelo de acceso a la docencia similar al MIR genera rechazo y aliento entre la comunidad educativa

FUENSANTA CARRERES

MURCIA

Lunes, 5 de febrero 2018, 07:32

Llega el día en que el maestro atraviesa por primera vez la puerta del aula, y 25 rostros expectantes le increpan con la mirada reclamando respuestas, estímulos, sabiduría, paciencia, comprensión, guía... «Ahí no hay nota en un examen que valga. Solo están tu vocación, tus aptitudes para enseñar, tu capacidad para exigir a cada uno hasta su límite, para intuir cómo debes conducir la clase, no la bola con un tema que un día escogiste del bombo al azar...», admite Raimundo de los Reyes, presidente de la Asociación de Directivos de Institutos Públicos de Secundaria de la Región con décadas de docencia a sus espaldas y generaciones de alumnos en la calle. El Ministerio de Educación ha retomado el eterno proyecto para implantar un modelo de acceso a la docencia similar al MIR de los médicos, y que ha sido recibido por el rechazo de los sindicatos, la ilusión en las facultades y el interés de los alumnos. Para unos, el Gobierno busca mano de obra barata -profesores en prácticas durante dos años-, mientras otros entienden que se trata de mejorar el acceso a una profesión siempre mirada con lupa.

La aplicación del nuevo sistema no ha sido detallada aún por el Gobierno, que se ha limitado a esbozar las líneas generales, pero la idea ya estaba entre las propuestas apuntadas por el filósofo José Antonio Marina en su 'Libro Blanco' de la profesión docente que el Ministerio le encargó en 2015.

  • Formación inicial universitaria Maestros de Infantil y Primaria: cuatro cursos de grado.

  • Profesores de Secundaria cuatro años de grado. Un año de máster en Formación del Profesorado.

  • Concurso oposición Para ejercer como docentes en un colegio o Instituto de Educación Secundaria, los docentes deben superar un concurso oposición en el que se les examina de sus conocimientos académico y se valoran sus méritos. Los docentes pueden ganar la plaza o no, en función de las vacantes convocadas y de su calificación en el concurso oposición. Dependiendo de su puntuación en las listas, pueden trabajar como interinos. Quienes ganan la plaza, pasan su primer año en prácticas, pero el desempeño de las mismas no tiene efecto salvo que sea declarado 'no apto', algo que raramente ocurre.

  • Prueba de selección similar al concurso oposición.

  • Dos años de formación en prácticas regladas y tutorizadas.

  • Diploma de aptitud. Evaluación final para los funcionarios, en la que contaría para la media tanto la calificación en el concurso oposición como la evaluación de los dos años de prácticas.

En la actualidad, los docentes que ejercen en colegios e institutos tienen que cursar la formación universitaria inicial (el grado, para los maestros; grado y máster, los profesores de Secundaria). Superada esa etapa, deben aprobar un concurso oposición -como el convocado para junio próximo-, en el que se valoran sus conocimientos y méritos. En el caso de que ganen la plaza, en su primer curso como docentes están oficialmente en prácticas, pero la realidad es que el 99% son evaluados como aptos, no se califica la aptitud y no da puntos para escoger destino.

«Puedes ser muy bueno memorizando temas, pero un desastre en el aula. Será beneficioso que se valore nuestra capacidad en el aula»

Beatriz Maroto - Delegada de la Facultad de Educación

«Los grados y máster ya incluyen prácticas, y los docentes son evaluados en varios procesos tras superar la oposición»

Diego Fernández - Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras

«El sistema de acceso al cuerpo docente se ha ido relajando y el azar influye demasiado. Si es más riguroso, ganará la sociedad»

Francisco García - Preparador de opositores en en centro EPO

En el proceso MIR, una vez titulados, los médicos hacen un examen que les da acceso a la especialidad. Después de esa formación de cuatro o cinco años, fundamentalmente práctica, los médicos pueden optar a las plazas que salen a concurso en los hospitales.

El recorrido académico que tendrían que realizar quienes quieran ejercer como docentes si el MIR educativo entra en vigor, arrancaría también en la formación universitaria inicial: el grado en el caso de los maestros (cuatro cursos), y el grado y el máster (cinco cursos) para los profesores. Ya graduados, los aspirantes tendrían que aprobar una primera prueba selectiva que evalúe los conocimientos de la especialidad, así como otros aspectos relacionados con la organización curricular y escolar, la gestión y administración de centros educativos y la legislación educativa. Superada esa prueba, los docentes iniciarían un programa de dos años de formación práctica tutorizada, durante el que trabajarían todas las funciones asociadas a la docencia. La evaluación de esas prácticas sería decisiva para lograr una plaza de profesor o maestro. «En el desempeño en el aula es donde puedes calibrar si un profesional tiene aptitudes para enseñar, y esa es una asignatura pendiente. Está claro que el sistema actual no selecciona bien, elige al que mejor nota saca en un examen», admite el decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia (UMU), donde se forman cada curso 5.000 alumnos que aspiran, en su mayoría, a impartir docencia en el aula.

«Los partidos se ganan en el partido, no en el entrenamiento. Tenemos que apostar porque sean los mejores; el acceso al aula es sagrado»

Salvador Alcaraz - Vicedecano de prácticas en la Facultad de Educación

«La vocación es básica, y hay alumnos que no la tienen. Si demuestras en un aula que tienes capacidad de enseñar, aportas más que en un examen»

Paula Sola - Alumna de tercero de Pedagogía

«Ya hacemos oposiciones y prácticas durante el grado, pero si se evalúa la capacidad para dar clase y cuenta, mejor»

Paula Esteve - Alumna de del Grado de Educación Primaria

La finalidad del nuevo sistema de acceso es, argumenta el Ministerio, revalorizar la profesión docente y mejorar la selección, con la mirada puesta en otros países europeos con exigencias de idoneidad más rigurosos y enfocados a la práctica. Un ideal deseable para la delegada de la Facultad de Educación y alumna de Pedagogía, también convencida de que «el hecho de que se te dé bien memorizar no quiere decir que tengas habilidades y capacidad para enseñar y transmitir conocimientos». Como sus compañeros, realizará prácticas en centros de enseñanza, pero con una duración más limitada y sin un sistema de evaluación y tutorización tan exigente. Los estudiantes completan, repartidas en los cursos del grado y máster, cerca de 50 créditos (más o menos, el equivalente a un curso) de prácticas docentes. «Son suficientes. Además, el primer año de ejercicio también están en prácticas. El único objetivo del Gobierno es disponer de mano de obra barata durante dos años, en lugar de atender las carencias de la escuela pública que impiden enseñar en condiciones, como las elevadas ratios», se queja Diego Fernández, defensor de la idea, con otros sindicatos como UGT y el Sterm, de que los docentes funcionarios ya se someten a suficientes evaluaciones y procesos selectivos antes de iniciar su carrera profesional como empleados públicos.

«Está claro que el sistema no selecciona bien, se elige a quien saca la nota más alta. La idea está bien, pero la clave está en su desarrollo»

Antonio de Pro - Decano de la Facultad de Educación de la UMU

«La formación inicial siempre es mejorable. Con el examen de la oposición demuestras que tienes conocimientos, pero no necesariamente habilidades»

Francisca López - Presidenta de la Federación de Padres (FAPA)

«El MIR educativo debe ir acompañado de una remuneración económica digna para el profesorado en formación»

Andrés Escarbajal - Profesor de Didáctica y Organización Escolar

Las prácticas que ya realizan los aspirantes a ejercer la docencia, defienden tanto en la Facultad de Educación como en la Administración regional, no tienen el mismo nivel de reglamentación y tutelaje que las propuestas con el nuevo sistema MIR, que en teoría estarán guiadas y supervisadas por docentes destinados a ello, como los profesores de Medicina vinculados a los hospitales públicos. El nuevo sistema introduce otra diferencia de peso en las prácticas: los aspirantes a ejercer la docencia no solo tendrán que superar las prácticas, sino que serán evaluados en su desempeño y se calificarán sus aptitudes para la docencia, de manera que tengan peso en su nota final para lograr una plaza. «El sistema funciona en Medicina, y para la docencia debe hacerlo igual -expone la consejera de Educación, Adela Martínez-Cachá-. La experiencia que se obtiene trabajando junto a un docente experimentado participando durante toda la jornada en todas las actividades que se desarrollan en un centro educativo es muy válida», defiende. En esos dos años de prácticas, los profesores tendrán también que reciclar metodologías y estrategias de enseñanza.

El sistema actual de acceso, basado en la calificación que el aspirante logra en el concurso oposición, deja, a juicio de otros expertos, demasiado margen al azar. «Son clásicas las leyendas del profesor que estudió cuatro temas, le salió uno de ellos, y hasta ahora», apunta Francisco García, gerente de la Escuela de Preparación de Opositores EPO. En sus décadas de experiencia como preparador de maestros y profesores, el sistema de acceso, denuncia, se ha ido relajando en exceso. «Hace treinta años era más riguroso, y hemos ido a menos. En el próximo examen tendrán incluso más opciones para elegir el tema que quieren desarrollar».

«Lo que se busca es desviar la atención de los verdaderos problemas de la escuela, causados por los recortes, disponer de más trabajadores precario»

Ángel Luis Hernández - Presidente de Aidmur

«El objetivo es prestigiar la profesión y que quienes estén en las aulas sean los mejores. El modelo ha dado buenos resultados en Medicina, pero hay que adaptarlo»

Adela Martínez-Cachá - Consejera de Educación

«Los docentes en formación tienen que tener tutores asignados para que sean dos años de prácticas que impliquen aprendizaje»

Raimundo de los Reyes - Presidente de la Asociación de Directivos de Secundaria

Todo rigor en la selección del personal docente es poco, en opinión del vicedecano de Prácticum de Educación Social y Pedagogía la Facultad de Educación, Salvador Alcaraz. «El acceso a un aula es sagrado, nos jugamos en eso el futuro, y tienen que estar los mejores», demanda. Los mejor formados... «Y los peor pagados», apunta Ángel Luis Hernández, presidente de la asociación de interinos Aidmur, quien considera que los cambios propuestos en el sistema de acceso «solo buscan desviar el foco de atención de los verdaderos problemas de la escuela: recortes, precariedad... El camino más sencillo es poner en tela de juicio nuestra preparación», denuncia.

En Finlandia, el ejemplo en el que se mira gran parte de la comunidad educativa por su excelente nivel educativo, solo los estudiantes con mejores expedientes académicos y las notas más altas en la reválida (el equivalente a la Selectividad) pueden aspirar a ser profesores. Después se presentan a una prueba nacional para acceder a la carrera docente, donde también se tiene en cuenta si el aspirante lleva a cabo actividades de voluntariado, tiene experiencia profesional, otros estudios... Tras una entrevista definitiva, los aspirantes pasan a la segunda fase, en la que cada universidad realiza las pruebas que estima oportunas.

Se les exige, y se les da, ya que los docentes finlandeses disfrutan de un reconocimiento social y económico muy alejado de recortes, ratios disparadas y limitación de recursos. «Solo ponemos el foco en el trabajo del docente, pero no lo ampliamos al contexto, que es básico», lamenta Hernández.

El punto intermedio del debate lo aporta el sindicato Anpe, partidario de que el MIR educativo busque el equilibrio entre experiencia docente y formación académica, que «podría ser un buen sistema de futuro si consiguiésemos prolongarlo con una verdadera carrera profesional y si está incardinado en un conjunto de reformas del sistema educativo».

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