Las empresas se topan con la falta de ingenieros agrónomos para cumplir exigencias ambientales
El sector agroalimentario demanda profesionales para acreditar que respeta las nuevas normas, mejorar procesos y responder ante proveedores y clientes
Las empresas agroalimentarias están aumentando la demanda de ingenieros agrónomos para cumplir las nuevas regulaciones legales en materia de medio ambiente, entre ellas la Ley ... de Recuperación y Protección del Mar Menor, y acreditarlo ante las autoridades y la sociedad. Eso incluye las exigencias y expectativas de proveedores y clientes respecto a la sostenibilidad de su gestión y producción. En este escenario, el sector se está topando con un déficit de ingenieros agrónomos, un problema generalizado en España y que, en la Región de Murcia, el Colegio Oficial de estos profesionales resume así: faltan candidatos para cubrir del 10% al 15% de los empleos ofertados.
«Uno de los problemas es la confusión que existe en la calle respecto a las titulaciones que habilitan para ser ingeniero técnico agrícola e ingeniero agrónomo. A menudo nos encontramos con que el tejido empresarial, e incluso la administración de justicia, no distingue entre ambos perfiles profesionales, a pesar de que el segundo cubre un abanico más grande de competencias», apunta el decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos, Andrés Martínez Bastida. Y recuerda que, «al primero, se accede con un grado universitario de cuatro años y, al segundo, con un máster habilitante, sin el que no está permitido, por ejemplo, firmar ciertos proyectos que deben ser visados por el Colegio».
El déficit afecta al grupo de ingenieros técnicos y al de ingenieros, si bien en este último es muy superior porque exige más años de estudio. Según datos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), cada curso hay una media de veinte egresados en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, apenas un tercio del número de alumnos de nuevo ingreso. A ello contribuye el porcentaje de abandono, ligado a la exigencia de las materias y a que surgen plazas libres en otras titulaciones, y el hecho de que no todos los alumnos acaban en el periodo establecido.
Las buenas noticias, destaca la directora de la Escuela, Arancha Aznar, son que en los últimos nueve años este centro ha cubierto el cupo máximo de 66 estudiantes noveles, gracias a un aumento de las matriculaciones, y que la tasa de abandono ha caído hasta un 6,67%, en parte por los efectos de la pandemia.
Además, «los datos de inserción laboral son excelentes», afirma Aznar. Y comenta que, «en el último año, la demanda de ingenieros agrónomos se ha incrementado, debido a que la crisis sanitaria ha visibilizado la importancia de este sector y su excelente respuesta, y a las nuevas reglamentaciones de la Unión Europea». Citó las que «exigen un técnico en toda la cadena alimentaria» y mencionó también la importancia del consumidor, «que demanda alimentos seguros, sostenibles y de calidad».
Aznar recuerda que las competencias del ingeniero agrónomo alcanzan áreas como «la tecnología del medio rural, la tecnología de la producción animal y vegetal, la tecnología de las industrias agrarias, la gestión y organización de empresas agrarias y la ejecución de proyectos integrales de ingeniería». En definitiva, resume, «es el profesional capacitado para la gestión integral de los alimentos desde el campo hasta que llegan al consumidor».
Jardinería y mecanización
Y aunque defiende la relevancia de los ingenieros técnicos, coincide con Andrés Martínez en apuntar a que «tienen competencia solo en el ámbito de su especialidad». El ingeniero agrónomo, detalla, tiene atribuciones «en todas las especialidades: explotaciones agropecuarias, hortofruticultura y jardinería, mecanización y construcciones rurales e industrias agroalimentarias».
Y asegura que la UPCT trabaja, junto al Colegio y a otras instituciones, en medidas para impulsar el número de estudiantes que se anima a realizar el máster habilitante. Entre las razones para animarse a ello, apunta Martínez, está que para los próximos años está prevista la jubilación anual de entre diez y quince ingenieros agrónomos, por lo que «es necesario garantizar, al menos, esa tasa de renovación».
Piden un refuerzo de contenidos y materias desde Bachillerato
Para Andrés Martínez, una de las claves para aumentar el número de estos profesionales es ampliar y mejorar la formación desde el Bachillerato, para reducir la tasa de abandono en el grado universitario, promover el máster habilitante y elevar la cualificación. Arancha Aznar lamenta que, por el diseño del Bachillerato, los alumnos «llegan del instituto sin cursar alguna asignatura» exigida en la Escuela de Agrónomos. En ella hay Matemáticas, Física, Expresión Gráfica, Química y Biología, entre otras materias.
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